El Sumario – Científicos europeos establecieron un interesante vínculo entre el dolor y el olor, el cual consiste en que las personas con una mutación en el gen SCN9A, que incapacita para sentir dolor, tampoco pueden oler.
Los investigadores han determinado que la ausencia del canal de sodio Nav 1.7 no afecta al potencial olfativo de las neuronas responsables de detectar del olor, sino que impide la transmisión de la información a los circuitos neuronales y, por tanto, no llega la información al cerebro.
En otras palabras, las neuronas sensoriales olfativas detectan el olor, producen la señal eléctrica y son capaces de propagarla a lo largo del sistema nervioso hasta un determinado punto en el que se detienen y no logran ir más allá, fracasando en iniciar la señal sináptica.
Sin embargo, el descubrimiento de este gen podría conducir a terapias génicas para reactivar el sentido olfativo en las personas afectadas. Lo que también traería como consecuencia que pudieran sentir dolor. Pero el valor de poder oler, seguro que vale la pena.
Yisneidy Pérez