El Sumario – Mindfulness se traduce al español como “atención plena” o “conciencia plena”. Describe un estado o rasgo de la mente humana, conocido por todas las tradiciones religiosas y presente en todos los individuos en mayor o menor intensidad.
Esta práctica puede ayudar a mejorar la salud mental por tres variables características:
-Capacidad de estar atento. El individuo no está distraído, somnoliento o indolente, sino perfectamente centrado en lo que está viviendo.
-Con aceptación. No se juzga, critica o se está a disgusto con la experiencia presente, sino que se acepta. Aquí aceptación es diferente de resignación o pasividad, debido a que implica apertura y curiosidad no-crítica ante la experiencia.
-En el presente. Uno puede estar atento en el pasado (depresión) o centrado en el futuro temiendo algo que va a ocurrir en él (ansiedad). En mindfullness, el sujeto se sitúa exclusivamente en el fenómeno presente.
Existen muchas falsas ideas sobre esta técnica, como por ejemplo:
-Dejar la mente en blanco: Éste es el error más frecuente cuando se piensa en mindfulness. Los pensamientos no son “malos”, la mente siempre va a generarlos. El objetivo es hacerse consciente del proceso del pensamiento y de las emociones, modificándolos con la atención, pero no dejar de pensar o sentir.
-No es suprimir las emociones: se trata de regularlas al hacernos conscientes de cómo surgen y no reaccionar ante ellas.
-No es apartarse del mundo: Dado que las prácticas de meditación surgen en entornos monásticos, en los que uno se aparta de la vida normal, se piensa que mindfulness tiene el mismo objetivo. Por el contrario, lo que se pretende es hacernos más conscientes de los objetos que nos rodean y de nuestros procesos mentales.
Mindfulness no requiere ningún tipo de postura tradicional, puede realizarse perfectamente sentado en una silla. De hecho, puede ser practicada por personas con incapacidad, que tengan la movilidad limitada, tumbados en el suelo o usando una colchoneta.
Beneficios del mindfulness
–Ayuda a mejorar el dolor crónico y fibromialgia, enfermedades cardiovasculares, hipertensión y otras enfermedades relacionadas con el estrés, cáncer, portadores del virus de la inmunodeficiencia, entre otros.
-Tratamiento de enfermedades psiquiátricas como la depresión, ansiedad, adicciones, trastornos de conducta alimentaria, trastorno obsesivo, trastornos de personalidad.
-Prevención del estrés y del malestar psicológico y aumento del bienestar psicológico en individuos sanos.
-Aumenta la capacidad de atención y concentración.
-Mejora la regulación de las emociones y, por tanto, las relaciones interpersonales produciendo un mejor ambiente.
¿Cómo practicarla?
Tras adoptar una postura de meditación (que puede ser simplemente sentado en una silla) y hacer varias respiraciones para calmar la mente y relajar el cuerpo.
Mantenerse quietos en un punto fijo y sentir corporalmente la respiración, sin pensar en ella o visualizarla, solo sentir la sensación corporal.
Si llegan pensamientos, concentrarse solo en la respiración y en cómo la siente en todo el cuerpo, no solo en las vías respiratorias.
Es preferible empezar por períodos cortos inicialmente 5 a 10 minutos. Posteriormente, se puede aumentar el tiempo de práctica gradualmente, según las posibilidades y necesidades de cada uno.
La regularidad es clave: Realizar las prácticas de forma diaria y regular produce mayores beneficios que prácticas más intensas pero esporádicas.
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Fiorella Tagliafico R.
Con información de agencias, medios internacionales y redes sociales
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