
El Sumario – Los huesos faciales descubiertos en el yacimiento de Atapuerca (Burgos) (en el norte español) de entre 1,4 y 1,1 millones de años, son los restos ośeos más antiguos hallados. Además, sus rasgos no encajan con ninguna especie conocida del Pleistoceno; es una especie humana nueva en Europa que, de momento, ha sido clasificada como Homo affinis erectus.
Los científicos creen que este hallazgo indica que en el Pleistoceno temprano, en Europa occidental hubo al menos dos especies humanas: Homo. aff. erectus, que llegó primero al continente, y H. antecessor, hasta hoy la especie humana más antigua de Europa occidental y central.
Se cree que Eurasia fue poblada por primera vez por homínidos hace al menos 1,8 millones de años. En Europa occidental, las pruebas más antiguas de asentamientos humanos se han encontrado en el yacimiento de la Sierra de Atapuerca.
Los fósiles más antiguos, de hace unos 860.000 años, aparecieron en el yacimiento de La Gran Dolina de Atapuerca en el verano de 1994. Aquel hallazgo fue histórico, habían encontrado los restos de seis individuos (dos niños, dos adolescentes y dos adultos) de una especie nueva, Homo antecessor.
Este hombre primitivo, con una parte del rostro más ‘esbelta’, parecida a la de los humanos modernos, era el ancestro de nuestra especie -H. sapiens- y de los neandertales.
Pero, en 2007, esta vez en La Sima del Elefante de Atapuerca, apareció una mandíbula de homínido de unos 1,2 millones de años de antigüedad que no se pudo asignar de forma concluyente a H. antecessor y que (sospecharon) podría pertenecer a una especie distinta. «Finalmente se clasificó como Homo. sp, es decir, sin especie», apunta Rosa Huguet en declaraciones a EFE.
Evolución humana
Finalmente, tras muchas campañas de excavación, el equipo de Atapuerca ha dado con la pieza que buscaba: un maxilar de homínido descubierto en 2022 en la Sima del Elefante y en un nivel inferior (unos 2,5 metros más profundo) de donde estaba la mandíbula de 2007, «es decir, era aún más antiguo», destaca Huguet.
El maxilar, junto a un hueso cigomático del lado izquierdo de la cara de un adulto descubierto en el mismo nivel, han sido analizados con técnicas de imagen 3D, y los resultados se acaban de publicar en Nature.
El estudio de estos restos, bautizados como ‘Pink’, en honor a una canción de Pink Floyd, y como guiño a la investigadora Rosa Huguet (pink es rosa en inglés), ha revelado que tienen entre 1,1 y 1,4 millones de años.
Sin embargo, Pink no es un H. antecessor porque carece de los rasgos ‘modernos’ de la cara de esta especie que, en la zona infraorbital, por debajo de los ojos, «tenía una cara vertical» y «una nariz proyectada, que sobresale, parecida a la nuestra», explica a EFE Martinón-Torres.
Y comparado con los restos más antiguos que se conservan fuera de África (homínidos del yacimiento georgiano de Dmanisi, de 1,7 millones de años y con los restos de H. erectus de otras partes del mundo) Pink tampoco encaja en el grupo.
Pink «está en el medio y abre un capítulo totalmente nuevo, está en un limbo de la evolución humana«, por eso, mientras surgen nuevas pruebas o hallazgos que lo confirmen, «lo hemos clasificado como H. aff. erectus», resume Martinón.
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