El ejercicio y una alimentación saludable y balanceada es lo mejor para prevenirle e, incluso, para tratarlo

El hígado graso, comúnmente conocido en el ámbito sanitario como esteatosis hepática, es una enfermedad generalmente benigna del hígado, que se caracteriza por la acumulación de ácidos grasos y de triglicéridos en las células hepáticas.

Los síntomas del hígado graso suelen ser dolor en la parte superior derecha del abdomen, malestar general, fatiga crónica y sensación de pesadez, en especial después de las comidas. Esta enfermedad conviene atenderla a tiempo, puesto que de lo contrario puede evolucionar hasta desencadenar consecuencias graves.

Para evitar este problema, no hace falta tener una silueta soñada. Algunas modificaciones en el estilo de vida pueden ayudar, incluso si ya se tiene un hígado graso: además de ejercitarse y comer sano, hay que renunciar al alcohol y controlar el azúcar en la sangre. El hígado graso puede irritarse, lo que puede llevar a una cirrosis o incluso a un cáncer de hígado.

Dado que muchas personas no saben que tienen hígado graso, lo mejor es someterse a controles periódicos, por ejemplo durante el examen de rutina anual con el clínico. Como la mayoría de las enfermedades del hígado no provocan dolor, se suelen detectar tarde.

Samuel Bello

Con información de agencias.

Fotografía Gettyimages.