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¿Crees que exista la palabra más fea del mundo?

El Sumario – Si realizáramos una encuesta de cuál es la palabra más fea del mundo seguramente obtendríamos resultados muy variables. Y es que cada persona tiene una percepción, gustos y opiniones al respecto.

Sin embargo, según un estudio efectuado por la revista Babbel, la palabra “boñiga” (excremento del ganado vacuno y/o de los caballos) se enlistó como una de las primeras candidatas del vocablo más desagradable de escuchar entre los hispanoparlantes.

Entonces se preguntarán ¿Ya? ¿Esa es la palabra más fea del mundo? Aunque resultaría difícil llegar a un acuerdo preciso acerca del término más grotesco, el mencionado magazine digital comparte algunas razones por las que cree que “ciertas palabras son más desagradables que otras”, considerando los elementos de “emociones y sentimientos” como una ayuda para reducir la lista de términos en la búsqueda de la palabra más fea del mundo.

Constantemente, el gusto o disgusto por las palabras nace de las asociaciones positivas o negativas que se hacen con ellas. Por ejemplo, los seres humanos tienden a sentir asco por una palabra dependiendo de su significado.

Si se mencionan las palabras «moco», «orina», «boñiga», «pus», «vómito», «flema» y «costra» entran en categoría de “repugnante!, puesto que si bien algunas de ellas solo tienen un sonido extraño, todas están asociadas con cosas que generan asco.

“Otro de los factores clave para sugerir la fealdad de un término es cómo suenan o se sienten las palabras cuando las pronunciamos. Tal vez se deba simplemente a una combinación de letras que no escuchamos ni decimos con frecuencia, como «fle» en «flema». O tal vez se trate de la desagradable sensación bucal que tenemos al pronunciar ciertas palabras (a propósito, «bucal» también podría ser una de las candidatas a la palabra más fea), como «rapónchigo», «regurgitar» o «vituperio». Otra palabra que suena bastante feo es «garboso», que, irónicamente, nombra a quien tiene «garbo», es decir, «gracia»”, resume la revista.

En conclusión, el medio expone que es probable que ciertas palabras parezcan “feas” debido a lo que se asocian a ellas, o simplemente porque producen asco cuando las dices en voz alta.

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Dayana Vásquez Vásquez

Con información de la revista Babbel 

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