El Sumario – «Elegancia» y «McDonald’s» son dos términos que no suelen ir comúnmente acompañados, bien sea porque éste es un establecimiento de comidas rápidas en el que la mayoría de sus clientes no suelen hacer reservaciones previas para una cena. Sin embargo, en una localidad de EE.UU. una franquicia de la marca se construyó dentro de una mansión colonial preexistente de 150 años.
Fue en el año 1984 cuando se promovió la iniciativa de impulsar un McDonald’s en Freeport, una pequeña ciudad costera de Maine, Estados Unidos. Además, es el único establecimiento de esta empresa que se inauguró en dicho condado hasta la actualidad.
Según una reseña de The New York Times, William Gore, un destacado comerciante de Freeport, construyó la mansión en 1850, no obstante, la ciudad de Freeport tiene estrictos códigos de diseño de edificios, por lo que, años más tardes la compañía se unió a este lineamiento para poder montar su establecimiento.
Inicialmente, los 6.200 residentes de Freeport estaban bastante divididos sobre la construcción de un McDonald’s en su comunidad. Aún así, luego de muchas conversaciones y acuerdos, la empresa finalmente obtuvo un permiso para remodelar la Casa Gore, pero solo si el restaurante conservaba la estética de la ciudad.
Stephen Leroy, gerente de relaciones con los medios de la corporación en 1984, expresó a la prensa que «lo que estamos haciendo allí es algo que probablemente nunca antes habíamos hecho en términos de diseño y la cantidad de tiempo y esfuerzo involucrados», agregando que «estamos dispuestos a gastar el dinero para hacerlo compatible con el área, la historia, la comunidad y la gente que vive allí«.
Por dentro parece un McDonald’s pero, aún conserva ese estilo clásico de Nueva Inglaterra. Los muebles incluyen sillas de madera tallada y cabinas de caoba. El restaurante también cuenta con chimeneas y decoraciones durante las vacaciones.
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Rubén Vásquez
Con información de medios internacionales