Con la inyección de un nuevo paquete, la presidenta Rousseff busca mejorar la situación actual del país

El Gobierno brasileño pondrá en marcha una línea de crédito a intereses más bajos que los del mercado, centrándose en tres sectores: las exportaciones, la agricultura y la ganadería, y las infraestructuras. El ministro hizo el anuncio en un encuentro que reunió a empresarios, líderes de sindicatos y miembros destacados de la sociedad civil brasileña. La misma presidenta Rousseff, que asistió a esta reunión, se refirió a la situación económica y defendió la futura implantación de un impuesto que gravará las transacciones financieras.

En junio de 2015 -con Levy aún como ministro- el Gobierno lanzó su último estímulo económico: un Plan de Infraestructuras con 67 mil millones de dólares que se limitaba a señalar las principales obras que necesita Brasil, apelando a que la iniciativa privada a las llevara a cabo. En este programa se preveía la construcción de autopistas, líneas férreas, puertos y aeropuertos. Ahora, Barbosa, consciente de que la medida puede generar suspicacias en los mercados, aseguró que el Gobierno va a fijar un límite legal para el gasto público.

Con la inyección de este paquete de créditoRousseff regresa, según muchos críticos, a las medidas económicas seguidas en su primer mandato, cuando a contrapelo de las directrices mundiales, Brasil optó por no implantar la austeridad económica. Pero nada más dar comienzo su segundo mandato, en enero de 2015, cuando ya la inflación comenzaba a subir (acabó el año en más del 10%), cambió de táctica y, aconsejada por Joaquim Levy, abrazó la restricción en el gasto.

Samuel Bello

Con información de El País.

Fotografía  REUTERS/Ueslei Marcelino.