El entorno familiar debe comprender que tener un animalito en casa implica una serie de responsabilidades pero es la mejor decisión

Sin embargo, de ese 50% de niños que tiene como deseo que le regalen un perro o un gato en Navidad, un 98% de ellos tiene claro que un animal no es un juguete. En un 60% de los casos los niños asocian a la mascota como un «compañero de actividades y juegos«, aclara Isabel Buil, directora de la Fundación Affinity.

Además, para uno de cada dos niños el animal, después de sus padres, representa su principal fuente de apoyo emocional. Este estrecho vínculo con su mascota les ayuda a superar situaciones de tristeza o miedo, y es a los animales a quienes primero recurren a la hora de encontrar consuelo y alivio en estas situaciones desfavorables.

Por otro lado, destaca también la percepción que los más pequeños tienen de su mascota, puesto que el primer concepto que asocian cuando esta convive con ellos es el de «cuidar», seguido de «jugar» y «alimentar».

Hay tres puntos clave que te ayudarán a que la relación entre el niño y su mascota sea favorable y duradera, y que los padres deben meditar antes de tomar la decisión de regalar un perro o un gato a sus hijos:

  1. Compromiso: la convivencia con un animal de compañía será duradera. Debemos analizar los hábitos de vida, las costumbres y saber cómo va a ser la integración de este animal en la familia.
  2. Decisión y reflexión: la elección no debe ser fruto de un impulso. Hay que valorar todos los aspectos que comportará incorporar un nuevo miembro a la familia. La decisión debe involucrar a todos.
  3. Aprendizaje e información: tomar conciencia de las necesidades del animal y de las expectativas familiares. Hay que informase sobre qué necesitará y asumir las obligaciones que se van a adquirir.

KYL

Con información de El Mundo.

Fotografía Gettyimages.