Sus dueños Wayne Sowerby y Kate Hayllar, cuentan que el perro primero se interesó por las patinetas, pero conforme fue creciendo, aprendió a montar una bicicleta.
«Estábamos jugando y lo pusimos en la patineta y le encantó, así que él comenzó a empujar suavemente sobre ella». Comentó Kate.
Cuando subieron a Barry en el triciclo, él se asustó pero poco a poco se relajó. Ahora la pareja toma la precaución de guiarlo con dos hilos de pescar para evitar cualquier accidente.
PAB
Con información de Diario de Caracas y SinCos1