Una circulación inadecuada puede producir venas dilatadas que pueden resultar dolorosas y significar un llamado de atención para el cuerpo

La piernas son el espejo perfecto de la salud sanguínea. Si tu circulación no está funcionando de forma correcta comenzarán a formarse una pequeñas arañitas moradas también conocidas como varices.

Las varices son venas dilatas que al inflamarse sobresalen en la piel, pueden causar dolor y ser uno de los principales síntomas de alguna alteración en la sangre. Para mejorar el flujo sanguíneo de nuestras piernas es bueno agregar ciertos hábitos a nuestra rutina:

En primer lugar el consumo de té de jengibre es ideal porque reduce la fibrina en los vasos sanguíneos. Además, después de la rutina diaria, es recomendable llegar a casa, recostarse y elevar las piernas durante 20 minutos para reducir la inflamación.

Tras concluir el día toma una ducha primero con agua caliente, para ejercer presión en la piel, y luego cambia al agua fría, para fortalecer los músculos y facilitar la circulación.

Igualmente debes consumir fibra y tomar mucha agua con el fin de evitar el estreñimiento, ya que aumenta la presión en las venas. Al acostarte mantén las piernas levemente más arriba que el resto de tu cuerpo para mejorar el flujo.

Haz ejercicios de piernas, pues más allá de ejercitar los músculos las repeticiones trabajan la circulación. Adicionalmente, prueba con disolver cuatro cucharadas de arcilla en agua tibia y con la pasta resultante trata las áreas que te duelan: masajea y cuando seque, enjuaga bien.

Por último, no descuides tus chequeos con el médico, las varices van más allá de un problema estético.

YR

Con información de Bienestar180.

Fotografía Gettyimages.