Si tu cuerpo aún no se acostumbra a despertarse sin reloj, puedes usarlo. Pero evita posponer la alarma para no confundir a tu cuerpo

Estudios recientes revelan que el botón de snooze del reloj engaña fácilmente al cerebro. Durante el inicio del sueño, el cuerpo libera serotonina al torrente sanguíneo, un neurotransmisor asociado con el bienestar que proporciona satisfacción al dormir.

El adulto promedio necesita de 7 a 9 horas de sueño por noche, y aunque la cantidad exacta varía en cada persona, tu cuerpo sabe cuándo ha descansado suficiente, así que bombea dopamina para suprimir la sensación de somnolencia y prepararse para despertar.

Pero cuando usas la alarma de tu despertador, se puede generar un problema, sobre todo si eres de esas personas que prefiere posponerla: conectar y desconectar el cerebro repetidamente hace que los neurotransmisores se confundan y actúen contradictoriamente.

Una creencia general sobre el botón de repetición de la alarma es que esos sueños cortos van a ayudar al cuerpo a descansar. Pero los estudios sobre la fragmentación del sueño sugieren lo contrario: el sueño que se interrumpe cada minuto o cada diez puede conducir a la alteración diurna relacionada con la falta de sueño.

Así que posponer la alarma puede liberar ciertas sustancias químicas para sentirse bien, pero al final lo que hace es que te sientas desorientado y que te sea difícil ponerte en marcha.

EC

Con información de Tu Médico.

Fotografía Gettyimages.