
El Sumario – José Barreto, quien es productor y gestor creativo venezolano, con amplia experiencia en el tema, muy activo desde 2004, iniciando con la fundación de Voces de Cristo, realiza un interesante recuento y expone su perspectiva sobre la profesionalización de la música católica. Esto, incorporando criterios innovadores sin apartarse de la fe.
«Desde hace unos años, he visto a la música católica ganar espacio en ceremonias de premios y listas de streaming que antes parecían inalcanzables. Esa visibilidad impulsa a preguntarnos ¿por qué deberíamos conformarnos con lo justo cuando podemos aspirar a la excelencia técnica sin perder el alma de nuestra fe?»
-La producción musical ya no es un asunto de cuatro acordes y un micrófono. He trabajado en estudios de alta exigencia (desde VocStudios hasta grandes proyectos seculares) y sé que la calidad de grabación, de mezcla y masterización define si un tema trasciende o se diluye. Invertir en buenos ingenieros, equipamiento profesional y procesos de revisión rigurosos no es un lujo: es la base que convierte un canto de parroquia en un himno capaz de sonar en cualquier plataforma global.
«En el terreno del marketing, la Iglesia sigue apostando por carteles en vitrinas y anuncios de boletín parroquial. Mientras, las audiencias jóvenes viven en redes sociales, los playlists y podcasts. Si queremos competir, necesitamos aprender de la publicidad digital: segmentación de audiencia, diseño de campañas audiovisuales y narrativas coherentes que conecten con la vida cotidiana de nuestros oyentes. Un videoclip bien pensado o un lanzamiento en TikTok pueden abrir más puertas que un comunicado impreso».

-El manejo de derechos de autor y la monetización representan otro campo de batalla. Durante mi gestión con artistas seculares descubrí lo vital que es registrar cada composición, negociar licencias y entender contratos de distribución. En la música católica, a veces tratamos las canciones solo como ofrendas. Pero sin una gestión profesional, perdemos recursos que podrían reinvertirse en pastorales, giras y formación.
Cuando un equipo se forma en alma y técnica, su servicio pastoral se multiplica
«La proyección internacional, hoy es un sueño posible, pero no totalmente explorado. He visto español, inglés y portugués convivir en un mismo escenario católico. Sin embargo, muy pocos proyectos de fe gozan de distribución en América Latina, Europa o Asia. Crear alianzas con sellos globales, adaptar repertorio a distintos idiomas y organizar giras estratégicas son pasos imprescindibles para competir en igualdad de condiciones».
-Nuestros mayores obstáculos son mentales. Tememos que profesionalizarse signifique “mercantilizar la fe”. Yo creo lo contrario: cuando un equipo se forma en alma y técnica, su servicio pastoral se multiplica. La clave está en alinear cada avance técnico con una intención evangelizadora clara, de modo que la excelencia no opaque el mensaje, sino que lo potencie.
«El desafío está a la vista: la música católica ya pisa fuerte, pero si queremos liderar, no basta con el fervor. Debemos entrenar nuestros oídos, dominar las herramientas digitales y gestionar nuestros derechos con seriedad. Solo así dejaremos de preguntarnos si estamos listos para competir y empezaremos a demostrarlo con cada nota».
Resumen biográfico del autor, José Barreto

José Barreto es un productor y gestor creativo venezolano cuya carrera arrancó en 2004 con la fundación de Voces de Cristo, agrupación para la que produjo los discos Estoy de vuelta (2009) y Tiempo (2016), llegando a escenarios como el Congreso de Jóvenes de Cartagena, FEMUSICA del Caribe y grandes celebraciones de fe en Venezuela. En 2011 inauguró VocStudios en Maracaibo, que operó hasta 2019 y se convirtió en semillero, acelerador u espacio de optimización de talento y colaboración para artistas como Ronald Borjas, Caibo, Revés Épico y Argenis Carruyo, con amplia y positiva trayectoria; labor que le valió obtener el premio Tacarigua de Oro Internacional reconociéndolo como “Productor musical con proyección internacional”.
A partir de 2019, Barreto se instaló en Miami (Estados Unidos) para dirigir las operaciones del exponente de la guaracha Argenis Carruyo, gestionando contratos, giras y estrategia digital con millones de reproducciones en YouTube. En 2022, se integró a Leví Adoración como bajista y pronto asumió la Dirección General, produciendo tres sencillos y un video musical que consolidaron su potencial en la música católica de habla hispana. Con veinte años de trayectoria, fusiona con éxito: fe, excelencia técnica y visión estratégica, erigiéndose en referente de la industria musical católica y secular.
En todas las redes como @Barretonsky
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