Mencionar el nombre de quién ha sido figura de la pelota durante más  de 40 años, es hablar de historia, quizás una narración que los buenos amantes del deporte y especialmente los fanáticos del béisbol han escuchado en reiteradas ocasiones, pero realmente, ¿lo han contado todo? Y si es así, ¿quién es David Concepción?

Detrás de aquellos videos y fotos de antaño que dan cuenta de un talento prodigioso, del que ya se ha hablado bastante, permanece una humanidad tan grande como el Great American Ball Park, estadio de los Rojos de Cincinnati equipo donde se hiló durante 19 años la historia de quién será recordado eternamente como “El Rey David”.

David Ismael nacido en Ocumare de la Costa, estado Aragua, un 17 de junio de 1948, parece haber estado destinado al béisbol. Apenas dos años antes de su llegada al mundo se inició la liga venezolana de béisbol profesional (LVBP) con un Chico  Carrasquel que se convertiría en “novato del año” para posteriormente ser el primer short stop criollo en las Grandes Ligas.

Gran influencia para el “Rey David” que, en la misma posición y tras el legado de Carrasquel y los Aparicio, comenzaría a dar vida a ese mito de que Venezuela es tierra de shortstops. Una agilidad prodigiosa lo llevó a convertirse en el venezolano 19 en debutar en MLB, cuando apareciese por primera vez con su eterno Cincinnati el seis de abril de 1970.

Concepción que se define a sí mismo como un hombre sensible, apasionado, celoso con sus amigos y un amante eterno de la salsa, ha sido catalogado en múltiples ocasiones como el sucesor de aquel primer gran campo corto venezolano. Sin embargo en un derroche de humildad «El Rey» asegura no compararse con el “Chico” porque él es “el ídolo de Venezuela, a pesar de que Luis Aparicio sea el único Hall de la Fama, carrasquelito será un eterno ídolo”.

Principalmente, una gran diferencia de edad es lo que separa sus historias, “Carrasquel jugó pelota desde que esto se conoció profesionalmente”, pero una calidad humana los une,  los consejos de «Chico» puede decirse que formaron a una generación de relevo, “siempre estuvo pendiente de mí y de lo que yo necesitaba para ser mejor, sencillamente incomparable” destaca David.

Si hubiese que buscar otro parecido entre ellos, además de su talento se debe hablar de su eterno amor por Venezuela, un amor que en casi dos décadas de big leaguer con la “Gran Maquinaria Roja” lo hacía regresar todos los años, “en más de 20 años que estuve en EE.UU. jamás pase un invierno allá, al llegar diciembre me venía a mi país” seguramente porque este calorcito humano no se siente en aquellas latitudes.

La verdad es que aquí también disfrutaba de muchas de sus pasiones, un buen auto con un gran equipo de sonido para escuchar a sus ídolos Ismael Miranda, Tito Rodríguez, Héctor Lavoe y Oscar de León. Amante de la velocidad recuerda que con su primer contrato en la Gran Carpa se compró un Dodge Dart del 70 que luego cambio por un Mercedes Benz Tiburón, y desde ahí una variedad de autos donde la música es un lugar común.

Entre la velocidad y el béisbol vivió Concepción sus primeros años como deportista, practicó autocross en el momento que éste tuvo su mayor apogeo en el país por allá en los 70. En aquella modalidad del automovilismo en circuitos de distintos escenarios, como los rally de ahora, disfrutó de su pasión por el volante hasta que en el 73 Cincinnati le pidió parar.

Se entregó por completo al béisbol con los Rojos y sus Tigres, y por supuesto continuo fielmente viniendo a su amado país por el cual continua apostando, “estamos viviendo una situación difícil, sin embargo somos un país tan rico y humano que confió en que podemos superarlo” asegura el aragüeño, cuyo lugar favorito sigue siendo su amado Maracay que le huele a béisbol y por supuesto Ocumare que le sabe a hogar, a “pescado frito  y tostones”.

Una carrera llena de honores y un legado invencible
Una carrera llena de honores y un legado invencible

Tras 28 años de su retiro de Grandes Ligas (1988) y 26 de la LVBP (1990), regresó a la pelota criolla esta campaña como gerente deportivo de la novena aragüeña donde, casi tres décadas después, continua como líder en temporadas disputadas (23), juegos (791), turnos (2868), hits (818), anotadas (399) y bases robadas (99).

12 años pasó alejado de la pelota, pero está de vuelta y asegura que cada día aprende nuevamente de la práctica porque el “béisbol ha cambiado mucho”. Ahora es una cara común en el club house bengalí donde aconseja a todos los jugadores que ven en su humanidad la voz de la experiencia y en su haber la entrega de un rey.

En aquel tiempo donde una pausa lejos del terreno le fue necesaria se convirtió en un amante perpetuo del campo, la siembra, la cosecha y la pesca, pasiones que ha sabido reunir en su finca, que se ha vuelto en un nuevo lugar favorito donde la paz le llena de aquella vitalidad que lo caracterizó en aquellos años de gloria donde la prensa perseguía su talento y las cámaras no le hacían justicia a sus profundos ojos verdes.

Junto a su esposa Lilia, sus tres hijos y su pequeño nieto de siete años, David Fernando,  ahora disfruta su vida quien llenó de glorias la historia deportiva de un país, escuchando eternamente a Tito Rodríguez y deleitándose con la gastronomía criolla que siempre pone en su mesa unos buenos plátanos con queso y una chuleta bien sazonada con ajo.

El “Rey David” ha brillado siempre con luz propia, en el llamado mejor beisbol del mundo obtuvo cinco guantes de oro, un premio Roberto Clemente, participó en nueve clásicos de otoño y cinco series mundiales. 

Homenajeado en Cincinnati para retirar su mítico número 13
Homenajeado en Cincinnati para retirar su mítico número 13

Cincinnati retiró su histórico número 13 en 2007 para que siempre se recordase  que David Concepción no entendió de mala suerte, ni de creencias absurdas, solo supo de talento y pasión por el deporte.

Aquel 13 también fue retirado por los Tigres de Aragua quienes constantemente agradecen la entrega de un hombre al que firmar profesionalmente nunca lo alejó de la cueva bengalí.

Ese número no se pierde entre un sinfín de honores que le rinde el estadio José Pérez Colmenares de Maracay donde aún, tantos años después, David es acorralado por muchos que aclaman la firma del gran rey.

Es así, entonces, como se ha escrito la historia del jovial muchachito de Ocumare, al  que le gusta vestir de marrón, disfrutar de una buena sazón y por supuesto respirar béisbol. Siempre habrá algo que contar de “El Rey David”, eterna gloria de Venezuela, la razón por la que los venezolanos a diferencia de muchos auguramos éxito ante el número 13.

Picheos pegados con David Concepción

En un mar de glorias que incluye el único tripleplay sin asistencia de la LVBP, ¿Cuál es el momento más especial de tú carrera con los rayados?

  • “En la campaña 1971-1972, cuando ganamos (Tigres de Aragua) nuestro primer título en la liga, porque el año anterior habíamos tenido la oportunidad pero por un error mío esto no fue posible. Entonces yo tenía esa espinita, tenía que ser yo mismo quien le diese ese título a los Tigres y definitivamente lo hice todo esa campaña, lo hice todo por mi equipo”.

En Cincinnati, ¿existe alguna anécdota especial?

  • “Nadie creería que mi mejor momento fue el día de mi debut (1970) y no porque se tratase de mi primer encuentro sino porque realmente me sorprendió inaugurar la temporada cuando habían tres shortstop antes que yo, eso me dijo que en el equipo confiaban en mí, fue muy importante”.

¿Por qué tomar la decisión de desvincularse del béisbol por más de una década?

  • “Después que uno se entrega tanto a algo cuando esa historia culmina es necesario descansar, abrirse a otras cosas, dedicarle tiempo a la familia, a los muchos otros pasatiempos que le dan paz a uno”.

¿Qué te hizo volver después de tanto?

  • “Bueno me llamó Carlos Guillen y el gobernador, me pidieron que regresará al club por todo lo que históricamente yo significaba para el equipo y por todas mis relaciones con el béisbol del exterior, acepte y llegar aquí para reencontrarme con todos estos talentos que cada vez juegan mejor y todavía esperan consejos de mí, no tiene comparación”.

Como ex jugador profesional y ahora directivo de una novena, ¿qué diferencia observas entre el béisbol actual y el de tu época?

  • “El compromiso, sin duda el béisbol ha cambiado y los criollos cada vez juegan mejor a la pelota, tenemos más y más talento, pero me lástima que cuando firman, nos olvidan y se van, yo jamás hice eso, en mis tiempos, hacíamos un esfuerzo por volver a Venezuela, eso ya no es así y es triste”.

Finalmente, ¿se ha dicho todo de “El Rey David”?

  • “Siempre hay una nueva anécdota que contar, jamás alcanza el tiempo (o los caracteres) para explicar todo lo que el jugador vive en el terreno, siempre se queda por fuera algo y cuando el amor por el deporte permanece siempre uno va sumando”.

Yelimar Requena.

Foto Destacada Prensa Tigres de Aragua.