El Sumario – El mundo se detiene y honra al gran Muhammad Alí, un tricampeón mundial de peso pesado y medallista olímpico que dejó el plano terrenal este viernes luego de su batalla más larga en el cuadrilátero de la vida, una batalla de 32 años contra la enfermedad del Parkinson que lamentablemente lo venció a sus 74 años de edad.

El 17 de enero de 1942 nació Cassius Marcellus Clay Jr en Louisville, Kentucky. Un joven que creció en el sur segregado de los Estados Unidos de la época rodeado de los prejuicios raciales y que a los 12 años descubrió el talento que corría por sus venas cuando entró de la mano de un policía y entrenador aficionado, Joe Martin, en un gimnasio poco después de que le robaran su bicicleta.

Para el año 1959, Cassius ya había conseguidos varios títulos, entre ellos seis guantes de oro de su ciudad natal, dos guantes nacionales en Nueva York y dos campeonatos norteamericanos. Con tan solo 18 años de edad el icono del boxeo ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Roma en el año 1960 en la categoría de los semipesados.

Victorias y derrotas de una leyenda

En el año 1964 ya en terreno profesional, la leyenda se enfrentó a Sonny Liston y ese 25 de febrero alzó su primer título mundial luego de 7 rounds recibiendo el cinturón con la célebre frase “¡Soy el más grande!”,  frase con la que el deportista entró definitivamente en la historia de la cultura occidental como uno de los mejores boxeadores del siglo XX.

Ese mismo año luego de ganar su primer campeonato, Cassius decidió dejar su religión de bautista convirtiéndose al Islam adoptando el nombre con el que transformó en un icono, Muhammand Ali. El gladiador del cuadrilátero militaba en el movimiento Nación del Islam de Malcolm X, el cual proponía la liberación de los guetos negros y el fin de la segregación.

Cassius Clay es el nombre de un esclavo. No lo escogí, no lo quería. Yo soy Muhammad Alí, un hombre libre» – Muhammad Alí 

Luego de otros dos años acumulando victorias, en 1967 Alí se negó a incorporarse al ejército alegando ser musulmán y por lo tanto objetor de conciencia. El boxeador fue acusado de desertor y enviado a prisión por 5 años, además fue obligado a pagar una multa de 10 mil dólares por negarse a servir a las Fuerzas Armadas.

Las autoridades declararon que su título estaba vacante, sin embargo el campeón mundial volvió al ring en 1970 ganado dos peleas pero perdiendo contra Jose Frazier por el campeonato. En 1971, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos revocó una condena en su contra. En 1974, reapareció en el cuadrilátero para vencer a Frazier conquistando el título de los pesos pesados al noquear al campeón, George Foreman, en octubre en KinshasaZaire.

Cuatro años más tarde, en febrero de 1978, perdió el título ante Leon Spinks en Las Vegas, Nevada. Sin embargo en septiembre del mismo año consiguió recuperarlo al vencer a Spinks en un combate de 15 asaltos en Nueva Orleans, Luisiana. Ali peleó por última vez el 11 de diciembre de 1981 en Nassau perdiendo contra Trevor Berbick.

Sin duda alguna el mundo perdió un incansable luchador que se negó a dejar escapar sus títulos y se negó también a dejar sus creencias a un lado defendiéndolas en un contexto bélico para Estados Unidos.

Personalidades como el presidente Barack Obama, Oscar de la Hoya y Manny Pacquiao, entre otras rinden homenajes este día a quien fuera un icono del boxeo pero más que eso, un gran ser humano.

Katriz Luna

Información de Agencias.