Para Shelly y Jeremy Cawley, de Carolina del Norte en Estados Unidos, el nacimiento de su pequeña se convirtió en uno de los momentos más traumáticos de sus vidas.
Shelly tuvo que someterse a una cesárea de emergencia para que la bebé naciera, y durante el procedimiento un coágulo de sangre explotó en su pierna haciéndola entrar en coma.
Rylan, su bebé, estaba bien y fuera de peligro, pero los doctores tuvieron que decirle a Jeremy que su esposa no despertaba. Le explicaron que habían tomado todas las medidas necesarias y que ahora Shelly sobrevivía gracias a un respirador. «Yo era un desastre. Me sentía entumecido. No sabía qué pensar», dijo el nuevo padre.
Las enfermeras decidieron hacer una conexión madre e hija y colocaron a Rylan sobre el pecho de su madre. La recién nacida se sintió a gusto y se quedó dormida de inmediato. Estaba tan a gusto que los doctores tuvieron que obligarla a llorar, para que Shelly la escuchara y despertara.
«Vieron un aumento en mis signos vitales cuando ella lloró. Los doctores piensan que al escucharla subconscientemente le dio a mi cuerpo y a mi subconsciente una razón para luchar», explica Shelly. «Todavía estoy aquí por ella, y yo simplemente no puedo esperar para decírselo. No puedo esperar para decirle que me salvó la vida», añadió.
AG
Con información de Los Angle.
Fotografía destacada Gettyimages.