La canina Laika fue enviada por la Unión Soviética a una misión que pretendía comprobar la resistencia de un ser vivo en órbita

Este martes tres de noviembre se cumplen 58 años desde que una perrita callejera llamada Laika fue protagonista de una misión espacial comandada por la Unión Soviética, que pretendía comprobar si era posible que un ser vivo se mantuviera con vida en el espacio. La acción ocurrió un mes después de que se colocara en órbita el primer satélite artificial, el Sputnik 1.

Las orden de experimentar con un ser vivo lo más pronto posible fue dada por del líder soviético, Nikita Kruschev, por lo que realmente no se pudo diseñar una nave que garantizase un viaje de ida y vuelta. Seleccionaron a una canina callejera pues consideraron que resistiría el desafío más que uno doméstico.

Laika pareció ser el prototipo perfecto por su estatura y peso, viajó en una cabina presurizada a la que se le ató con un arnés, logró llegar con vida al espacio pero solo sobrevivió unas cinco o siete horas debido al calor y el estrés del encierro.

Después de Laika otros 29 perros fueron enviados al espacio entre 1951 y 1962, de los cuales 21 lograron regresar a la Tierra con la ayuda de paracaídas, máscaras de respiración y trajes espaciales.

El 11 de abril de 2008 autoridades rusas develaron un monumento en su honor cerca del centro de investigación militar en Moscú que preparó su vuelo. Conmemora la valentía de la perrita que aparece dentro de un cohete.

YR

Con información de Ciencia.

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