Las personas que mantienen largas charlas consigo mismas suelen ser más inteligentes, resolutivas y creativas que los demás

Cuando alguien ve a una persona hablando sola, podría pensar que está ante un enfermo mental. Y aunque los largos soliloquios son característicos de quienes sufren esquizofrenia, también hay mucha gente que habla consigo misma y no significa que tengan ningún trastorno psiquiátrico.

Los psicólogos norteamericanos Daniel Swigley y Gary Lupya demostraron que las personas que mantienen largas charlas consigo mismas suelen ser más inteligentes, resolutivas y creativas que los demás. Esto es considerado una práctica sana, e incluso puede ser la muestra de que una persona es brillante.

Para llegar a esta conclusión, estudiaron a un grupo de 20 personas a las que dieron el nombre de un producto y enviaron a un supermercado a buscarlo. En la primera fase de la prueba, los investigadores prohibieron a los sujetos repetir el nombre del artículo. Mientras que en la segunda fase, sí podían repetirse a sí mismos el nombre de lo que buscaban.

Los resultados fueron mucho mejores en la segunda parte. Los sujetos pudieron encontrar mucho más rápido lo que buscaban y ninguno olvidó ningún artículo, algo que si había ocurrido la primera vez que habían ido al supermercado.

Los psicólogos que idearon el experimento aseguran que hablar con uno mismo ayuda a mejorar el recuerdo y las sensaciones asociadas a ciertas situaciones, por lo que se convierte en una gran herramienta para acordarse de algo. Además, también sirve para aprender y para organizar los pensamientos, pues las palabras dichas en voz alta articulan un discurso mucho más objetivo y clarificador que el pensamiento por sí solo.

EC

Con información de Yahoo.

Fotografía Gettyimages.