
DOBLE LLAVE – Esta vez Nataly Marcano Castillo, conocida como Naty Castillo, fotógrafa venezolana radicada en Texas, nos comenta y amplía horizontes sobre la fotografía profesional inclusiva para niños con autismo.
«La fotografía inclusiva para niños con autismo se concibe como un proyecto que celebra la singularidad de cada mente. Esto desde el primer contacto. Planificar con antelación implica investigar las posibles sensibilidades sensoriales, revisar ejemplos de sesiones previas y diseñar un ambiente donde la calma y la curiosidad sean las protagonistas. Esta preparación previa no solo reduce la ansiedad de todos los involucrados, sino que nutre la confianza necesaria para que el niño se apropie del espacio y permita que su personalidad florezca ante la cámara».
-Comprender el espectro autista significa reconocer que algo tan sencillo como el brillo de una luz o el murmullo de un equipo puede transformar la experiencia en incómoda. Por ello, observar con paciencia y comunicarse mediante gestos suaves, evitando aproximaciones bruscas, es clave para detectar el ritmo y las preferencias de cada niño. Esta filosofía de la observación paciente, permite esperar el instante genuino sin forzar poses, dejando que el instante decisivo surja de manera orgánica.
«El entorno físico juega un papel determinante en la percepción de seguridad. Una iluminación natural difusa o flashes equipados con grandes difusores, junto a una fuente de sonido blanco o música muy suave, ayudan a crear un clima relajado. Las superficies firmes, las alfombras de bajo pelo y el mobiliario sencillo invitan a explorar sin tropiezos ni sobresaltos. Diseñar cada rincón pensando en la comodidad sensorial garantiza que el espacio se transforme en un refugio amable donde el niño pueda sentirse libre».
–Construir una alianza sólida con la familia y los cuidadores en el encuentro previo resulta fundamental. Compartir ejemplos de sesiones anteriores y recoger información sobre rutinas, gustos y posibles desencadenantes ayuda a anticipar necesidades y a diseñar dinámicas personalizadas. Presentarse en el estudio de manera tranquila, ofreciendo un juguete o libro favorito antes de cualquier contacto físico, permite que el niño explore sin presiones y establezca el primer contacto desde la confianza.
Un reflejo honesto de su mundo interior; valor terapéutico y narrativo de las imágenes

«El juego se convierte en la mejor herramienta para provocar reacciones espontáneas y auténticas. Burbujas, pompones, plastilinas suaves o pequeños retos de encajar piezas son recursos que despiertan la curiosidad de forma natural. Imitar suavemente gestos o sonidos del niño fomenta la reciprocidad y refuerza la conexión, convirtiendo cada disparo fotográfico en un reflejo honesto de su mundo interior».
-Técnicamente, elegir una apertura amplia, velocidades rápidas y un ISO moderado favorece capturar movimientos repentinos sin necesidad de flashes directos que puedan asustar. Mantener un balance de blancos neutro preserva los tonos de piel reales, evitando dominantes de color que distraigan de la autenticidad del retrato. Esta combinación de ajustes busca reducir la intervención posterior y centrar la atención en las miradas y expresiones.
«En la edición, la premisa es respetar la autenticidad o fidelidad de cada instante. Los ajustes suaves de contraste y exposición mínima, junto a la ausencia de filtros de moda, permiten presentar imágenes donde los colores y la iluminación son fieles a lo que vivió el niño. Realzar apenas el brillo en los ojos y definir líneas de expresión ayuda a subrayar la conexión emocional sin transformarla en algo ajeno a la realidad».
–Trabajar de la mano de familias en tiempo real garantiza que cada señal de estrés se atienda con prontitud. Enviar una primera selección para recibir retroalimentación y estar dispuesto a pausar o modificar la dinámica según sus indicaciones refuerza la sensación de seguridad. Además, documentar varios encuentros y comparar el progreso potencia el valor terapéutico y narrativo de las imágenes.
«La fotografía inclusiva para niños con autismo se erige así, como un viaje compartido de descubrimiento y respeto. Cada imagen captura no solo un instante, sino la posibilidad de tender puentes de empatía entre el arte y la neurodiversidad. Al documentar protocolos, crear un abanico de recursos sensoriales y compartir estos hallazgos con otros profesionales, la cámara trasciende su función habitual y se convierte en un instrumento de visibilidad, comprensión y celebración de cada mente única. Cada experiencia subraya el poder de la paciencia y la creatividad para descubrir universos inesperados», explicó Nataly Marcano Castillo.
Bio de la fotógrafa Naty Castillo

Nataly Marcano Castillo, conocida como Naty Castillo, es una fotógrafa venezolana radicada en Katy, Texas, cuya lente se ha convertido en un puente entre el arte y la inclusión. Con una visión sensible y un dominio impecable de la luz, desarrolló un estilo que privilegia la autenticidad sobre la perfección estética.
En Estados Unidos, fundó un estudio especializado en fotografía de maternidad, familiar, Cake Smash y branding para emprendedoras latinas. Pero su verdadero sello se ha consolidado en la fotografía inclusiva para niños del espectro autista. Su enfoque —basado en entornos sensorialmente seguros, observación paciente y respeto profundo por la individualidad— ha sido reconocido tanto por las familias como por asociaciones profesionales.
Sus aportes educativos, profesionalismo y su compromiso con la comunidad hispana han sido celebrados con premios como el Tacarigua de Oro (2020) y el galardón Mi Gente en Texas (2024).
Coordenadas de contacto con Nataly Marcano Castillo: https://www.natycastillophotography.com e Instagram @natycastillophotography
El Sumario
Con información de DOBLE LLAVE / Opinión experta
Fuente de imágenes referenciales Naty Castillo
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