Los Puntos SIGRE se encuentran distribuidos en casi 3 mil farmacias catalanas

Generalmente en los botiquines médicos de todos los hogares hay medicamentos vencidos por descuido; el peligro está en consumirlos una vez vencida la fecha porque no garantiza su efecto y, además, puede conllevar riesgos para la salud. Tirarlos a la basura sin pensar en su reciclado los convierte en una bomba de relojería para el medio ambiente.

Es por esto que la mayoría de las 3 mil farmacias catalanas dispone de unos contenedores especiales para depositar los medicamentos usados, caducados o en mal estado.

«Reciclar medicamentos no sólo es necesario para uno mismo, sino que también conlleva beneficios para el medio ambiente», afirma Gerardo González, responsable de comunicación del Sistema de Recogida Selectiva SIGRE.

El proceso es sencillo. Una vez recuperados los restos que los ciudadanos han depositado en los Puntos SIGRE, todo el material es sometido a un tratamiento específico con el fin de «cuidar la salud de las personas y cuidar el medio ambiente», destaca González.

Los elementos que pueden ser depositados en los Puntos SIGRE son los envases vacíos de medicamentos, envases con restos de medicamentos y los medicamentos caducados con sus envases. Lo que no se debe reciclar en ningún caso en uno de estos puntos son termómetros, prótesis, radiografías, lentes, agujas, materiales de curas, objetos cortantes, bolsas de plasma ni ningún tipo de producto sanitario, frascos o bolsas para toma de muestras de sangre, heces u orina y otros recipientes similares utilizados para fines analíticos.

Alejandra Watts

Con información de La Vanguardia.