Libro
(Fuente de imagen referencial: Twitter / Facebook Banco del Libro)

El Sumario – El Banco del Libro, fundado en 1960, celebró la edición 43 del premio a los Mejores Libros para Infantiles y Juveniles el 29 de julio, en la que reconocieron 69 obras en cuatro categorías: Infantil, Juvenil, Poesía e Informativa.

La organización se ha dedicado a fomentar la lectura y promover la literatura infantil.

De un total de 600 obras recibidas, 300 fueron postuladas y 69 fueron seleccionadas por el comité evaluador –conformado por Abigail Truchess, Adriana Rodríguez, Jenny Fraile, María Beatriz Medina, María Virginia Hércules, Mariana Díaz, Mariana Obregón, Marisabel Lecuna, Mildred Pineda y Olga González Yunis– como las mejores en las categorías Infantil, Juvenil, Poesía e Informativa, de acuerdo a un trabajo de Ariany Brizuela para El Nacional.

Olga González Yunis, gerente de proyectos del Banco del Libro, respondió al referido medio digital sobre las temáticas de las categorías.

«Se le abrió un espacio muy especial a la poesía porque está teniendo un auge muy interesante. También tenemos la categoría de los libros informativos, que es nueva, porque no se trata sólo de un libro de texto seco, con preguntas y respuestas, sino que es un libro que aborda transdisciplinariamente y muy apoyado en las nuevas tecnologías, en la fotografía, en las nuevas formas de decir las cosas, de llevar la información, tanto desde el punto de vista antropológico, de la educación ambiental, de la matemática, de las vocaciones», dijo González.

En la categoría Infantil destacaron títulos como A paso de tortuga, de Boniface Ofogo Nkama; La Caperucita Criolla, de Aquiles Nazoa; Yo no fui, de Ana Palmero; El Bosque, de Sebastián Ilabaca, entre otros, mientras que en el apartado Juvenil figuran Clara como un fantasma, de Alejandro von Düben; Las siete vidas de un gato, de Mariana Osorio Gumá; Las palabras lo pueden todo, de Silvia Vecchini, entre otros.

Por su parte, en la categoría Poesía resaltaron Comadrita la rana, de Pilar Posada; La higuera, de Juana de Ibarbourou; Una masía, de Álex Nogués, entre otros. En el apartado Informativo destacan los libros Doña Amalia Cardón, de María Fernanda Bosque; Mitos en el cielo, de Natalia Palomar; Fluidoteca, de Berta Páramo; Una gran familia, de Santiago Ginnobili, entre muchos más.

En el proceso de selección trabajan alrededor de 8 personas para realizar una labor rigurosa y en varias etapas.

Luego, los libros postulados reciben una mirada externa de un jurado especializado, conformado por un grupo del comité de evaluación del Banco del Libro e invitados especiales.

González enfatizó que a pesar de las dificultades del sector editorial en el país y el auge de lo digital, las muestras que recibió el comité de evaluación del Banco del Libro superó sus expectativas.

Las publicaciones independientes también tienen su lugar: “Son personas que tienen algo que decir y escriben sus cuentos desde su perspectiva como, por ejemplo, Doña Amalia Cardón, uno de los libros ganadores de este año. Está respaldado por una editorial venezolana. Hay pocas que tienen el poder y el músculo económico para hacerlo, pero se está haciendo«.

En todas las ediciones del premio, el objetivo del Banco del Libro, según la gerente, siempre ha sido visibilizar el trabajo de los autores y los ilustradores de habla hispana. «Y lo ha logrado».

Luego de la pandemia, el Banco del Libro ha ido retomando, poco a poco, sus actividades para que sus visitantes regresen.

“Antes de la pandemia teníamos una experiencia que se llama Cuentos de tú a tú, en la que los niños venían a nuestro Club de cuentos con sus padres, muchos afectados por la situación, y esos jueves en las tardes veníamos, incluso antes de pandemia, a reunirnos con jóvenes voluntarios de nuestro servicio comunitario y de labor social a leer lo que querían, a disposición, a placer, a inventar cosas que hacer. Eso lo perdimos un poco durante la pandemia, pero ahora ya lo estamos recuperando. Cuando la gente sabe que nosotros estamos aquí, no solamente para la hora del cuento, sino que con nuestros voluntarios pueden venir a hacer cosas en otros momentos para apoyarnos. La librería también está agarrando más vida porque el mundo editorial también despertó y nos están llegando nuevas publicaciones porque en el mercado venezolano la gente se está atreviendo a publicar sus propias obras y nos está enriqueciendo”, explicó Olga González.

Actualmente, el Banco del Libro continúa con sus actividades regulares como La hora del cuento, todos los sábados a las 11:00 am, el intercambio de libros en el Club de lectura y la venta de libros en la librería. Además, en esta temporada realizaron un plan vacacional de una semana.

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Fiorella Tagliafico

Con información de El Nacional y redes sociales

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