Robot
La demostración está basada en la película de James Cameron, (Terminator 2), donde simulan el escape del T-1000 cruzando los barrotes de una cárcel sin nada (Fuente imagen referencial: Clipset, vía web)

El Sumario – Desde la Universidad Carnegie Mellon y la Universidad de Hong Kong, unos investigadores coordinados por Chengfeng Pan publicaron en la revista Matter los detalles de un estudio acerca de un robot.

Se trata de androide al que describen como una «máquina de transición de fase sólido-líquido magnetoactiva» (MPTM). Un robot que está fabricado en galio, un metal que se vuelve líquido a poco más de temperatura ambiente, de unos 30 grados, cuando tiene partículas magnéticas en el interior.

En condiciones normales el robot es sólido, pero a lo que se aplica algo de temperatura se vuelve líquido. En esa forma sigue teniendo esas partículas magnéticas, que permiten interactuar con el robot y hacer que cumpla algunas funciones.

La investigación inicial y, como es de esperar el resultad, es muy básica, pero no cuesta imaginar que en el futuro se pueda expandir esta idea a robots más complejos.

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El robot magnético inspirado en los pepinos de mar que es capaz de evitar obstáculos al cambiar de fase (Infografía: Leison Bustamante)

La demostración está basada en la película de James Cameron, (Terminator 2), donde simulan el escape del T-1000 cruzando los barrotes de una cárcel sin nada. Con esta excusa fue simulado y recreado el momento, esta vez con un robot, con la apariencia de un muñeco de lego que está atrapado dentro de una pequeña cárcel y gracias a la corriente que se le hace pasar por el cuerpo, el robot se vuelve líquido.

Adicionalmente, se mueve para pasar los barrotes y posteriormente, al volver a recibir una determinada carga, vuelve a su estado sólido inicial.

Además de la demostración de la cárcel, el equipo también probó estos robots magnéticos para seguir una pista de obstáculos, trepando paredes o empujando objetos. También puede dividirse por la mitad, para que cada una de las partes arrastre un objeto en concreto y luego volver a fusionarse para juntar las dos piezas.

No cuesta pensar en las posibilidades de esta demostración, sobre todo en sectores como la medicina, pero también para electrónica. De hecho, la investigación con «robots líquidos» lleva tiempo estudiada y los avances con la tecnología en progreso van deparando un futuro donde se compartirá la robótica con la humanidad.

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Leison Bustamante

Con información de redes sociales, medios internacionales y revista Matter

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