El Sumario – A más de cuarenta años del envío de las sondas Voyager de la NASA, un nuevo modelo informático, además del análisis de los datos de la sonda, sugieren que cuatro de las lunas más grandes de Urano probablemente tengan capas oceánicas entre sus núcleos y cortezas heladas.
Los científicos detallaron que el aislamiento y las posibles fuentes de calor en los mantos de las lunas pueden contribuir a mantener el calor del océano, mientras que las sustancias anticongelantes como los cloruros, el amoníaco y las sales podrían abundar en sus océanos.
Se trata del primer estudio que detalla la evolución de la composición interior y la estructura de las cinco grandes lunas: Ariel, Umbriel, Titania, Oberón y Miranda. Según los científicos, cuatro de las lunas contienen océanos que podrían tener decenas de kilómetros de profundidad.
Al menos 27 lunas giran alrededor de Urano y las cuatro más grandes van desde Ariel, con 720 millas (1160 kilómetros) de ancho, hasta Titania, que tiene 980 millas (1580 kilómetros) de ancho.
Años atrás, se consideraba que las otras lunas eran demasiado pequeñas para retener el calor necesario para evitar que un océano interno se congelara, ya que el calor creado por la atracción gravitacional de Urano es solo una fuente menor de calor.
El estudio analizó los hallazgos de los sobrevuelos de Urano de la Voyager 2 de la NASA durante los años 1980, así como las observaciones desde tierra.
Los autores construyeron modelos computacionales, basados en hallazgos adicionales de Galileo, Cassini, Dawn y New Horizons de la NASA, incluidos conocimientos sobre la química y la geología de la luna Encelado de Saturno, Plutón y su luna Caronte y Ceres. – todos los cuerpos helados del mismo tamaño que las lunas de Urano.
Con base en el modelo, los investigadores midieron cuán porosas son las superficies de las lunas de Urano y descubrieron que probablemente estén lo suficientemente aisladas como para retener el calor interno que se necesitaría para albergar un océano.
Los científicos encontraron lo que podría ser una fuente potencial de calor en los mantos rocosos de las lunas, que liberan líquido caliente y ayudaría a un océano a mantener un ambiente cálido, un escenario que es especialmente probable para Titania y Oberón, donde los océanos pueden ser lo suficientemente cálidos como para ser habitables.
Además del calor interno, los científicos determinaron que los cloruros, así como el amoníaco, son probablemente abundantes en los océanos de las lunas más grandes de Urano.
La NASA cree que el amoníaco actúa como anticongelante. Asimismo, el modelo sugiere que las sales presentes en el agua serían otra fuente de anticongelante, lo que permitiría mantener los océanos internos de los satélites de Urano y estimular su habitabilidad.
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Víctor De Abreu
Con información de Biobio, otros medios internacionales y redes sociales
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