El Sumario – La protagonista de esta curiosa historia se llama Molly y es una urraca que aprendió a «ladrar» después de que una perrita la adoptara como su propia hija.
En septiembre del año pasado, Molly estuvo a punto de morir tras ser abandonada a su suerte por sus padres cuando aún era una cría.
Pero, por suerte, Peggy, una dulce perrita inglesa, la vio y alertó a sus dueños para que la rescataran.
Peggy, que tiene un año, cuidó de Molly como si fuera su propio cachorro y, gracias a su ayuda y la de sus dueños Juliette, de 45 años, y Reece, de 52, la urraca se recuperó por completo.
Ahora, según Juliette, Molly cree que es un perro e, incluso, empezó a ladrar como ellos, tal y como se puede ver en las imágenes.
https://www.youtube.com/watch?v=cdSpFUkoYOA
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Con información de dpa y redes sociales