Optimiza el entrenamiento creando un balance entre el ejercicio, el descanso y la buena alimentación

Para mantener un buen equilibrio entre la actividad física que le das a tu cuerpo diariamente y la «buena alimentación«, es importante tomar en cuenta cinco factores que debes afinar para realizar un buen entrenamiento.

  1. Ejercitarse después de comer: entrenar justo después de comer disminuye el rendimiento debido a que el organismo comienza a hacer la digestión y destina gran parte de tu energía a ése proceso. Si sólo se dispone de un lapso limitado para entrenar, organiza el tiempo. Lo ideal sería no tener nada en el estómago, pero siempre teniendo algo en el cuerpo. Y para eso, se debe esperar al menos unas 3 horas después de la comida principal del día.
  2. Ejercitarse en ayunas: nada en extremo trae buenos resultados. El agotamiento llegará antes si se entrena con el estómago vacío, debido a que no existen reservas de glucógeno en el organismo, pues éstas se gastaron durante el sueño.
  3. Ejercitarse sin recuperarse por completo de una lesión: a nadie le gusta perder el tiempo, y menos cuando se es muy activo. No es recomendable que la impaciencia se apodere de la mente y lleve al ejercicio antes de tiempo. Esto podría aumentar el riesgo de sufrir una recaída más fuerte. Ante cualquier duda o molestia, detén el entrenamiento y consulta al médico o entrenador personal.
  4. Hacer un ejercicio que no habías practicado nunca: no es recomendable hacer un ejercicio o deporte del que no se tiene conocimiento sin supervisión.

NG

Con información de MujerHoy.

Fotografía Gettyimages.