Un estudio liderado por el Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) dentro del programa Infancia y Medioambiente en España asegura que el consumo abundante de pescado beneficia el desarrollo neuropsicológico de los niños, especialmente si se lleva a cabo durante el primer trimestre de gestación.
La investigación siguió la evolución de más de mil mujeres españolas y sus hijos evaluando, entre otros parámetros, su ingesta de pescado y realizando pruebas cognitivas a los niños a los 14 meses y a los cinco años, así como tests de rasgos de síndrome de Asperger a los cinco años.
“El vínculo entre un mayor consumo materno de pescado y el mejor desarrollo del cerebro en los niños era muy evidente cuando los niños tenían cinco años, y también observamos que los hijos cuyas madres comieron más pescado estando embarazadas presentaron menos síntomas en la escala del espectro autista”, explica Jordi Júlvez, investigador y coordinador del estudio.
Los investigadores distinguieron entre pescado azul grande (atún), azul pequeño (sardinas o salmón), blanco (merluza o lenguado) y constataron que el mayor beneficio para el desarrollo cognitivo de los niños a los cinco años se da con el consumo de pescado azul grande, seguido del pescado blanco y el azul pequeño, por ese orden.
Ahora, los médicos buscan comprobar si los efectos positivos de la dieta de su madre perduran en el tiempo, para lo que evaluarán a los niños a los 9 años. Júlvez espera presentar los resultados en un par de años pero considera que las evidencias conseguidas hasta ahora son suficientes para tenerlas en cuenta en la dieta de las embarazadas y no hacer recomendaciones restrictivas respecto al consumo de pescado azul grande como las que incluyen las guías americanas de embarazo.
AW
Con información de La Vanguardia.
Fotografía Gettyimages.