
El Sumario – La Fundación Casa de México celebra la Navidad en la capital de España con una exposición de más de 20 belenes de diversas técnicas artesanales, procedentes de varias regiones del país, que combinan sencillez, colorido, tradición y cultura popular.
Los nacimientos son «una tradición muy importante y forman parte de nuestra cultura desde que llegaron los españoles», explica a EFE Ximena Caraza Campos, directora general de la Fundación Casa de México.
«Es una tradición bastante difundida dentro de México, totalmente católica, pero que se presenta ahora mismo de manera mexicanizada y regionalizada», cuenta Didier Ramírez, encargado cultural de la fundación.
Las representaciones de la Natividad comienzan dentro de las iglesias, pero a medida que «los indígenas abrazan la religión católica, comienzan a hacerlo para ellos mismos y usar materiales y técnicas de los cuales ellos tenían acceso», dice Ramírez.
El belén principal, de 34 figuras en cartonería y diseñado por Cristina Faesler, representa «la diversidad de México que baila y celebra el Nacimiento de Jesucristo», describe el responsable cultural.
La cartonería es una técnica artesanal de figuras y objetos de papel, cartón, engrudo (mezcla de harina y agua a modo de pegamento) y pinturas de colores vivos para elaborar figuras tradicionales de las festividades y rituales mexicanos.
La exposición, que podrá visitarse de manera gratuita hasta el 7 de enero, incluye belenes en otras técnicas del arte popular mexicano: barro modelado y vidriado, madera de pimienta tallada, piedra volcánica tallada, jícara labrada, entre otras.
Diferencias con los belenes españoles
«Una particularidad que podemos encontrar en los belenes mexicanos, a diferencia de los españoles», señala Ramírez, «es que en ocasiones vamos a encontrar la figura del demonio».
Los evangelizadores españoles contaban que hubo «una procesión de pastores y magos del Oriente que siguen una estrella para rendir culto al Niño Jesús, pero el demonio entorpece este andar».
Otra diferencia sustancial es que los belenes españoles «tratan de hacer esta representación lo más detallada y precisa posible», mientras que los nacimientos mexicanos «van tomando estas formas de las etnias rurales de México y los elementos que están dentro de estas culturas, muchas de ellas prehispánicas».
«Cuando llegan los evangelizadores al centro de México, hablan de un Dios humilde, que nace entre gente de campo» explica Ramírez. «Los indígenas no tenían ni idea de cómo se veía un pastor de Judea o un campesino de Belén (…) Ellos comienzan a representar esta tradición con sus propias formas, con flora y fauna típicas de sus regiones y también el atavío personal de ellos».
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Con información de EFE Servicios y redes sociales
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