Es tradición que el Año Nuevo llegue impregnado de promesas que esperamos cumplir, este año unámonos por las mismas metas

Venezuela es un país conocido entre otros asuntos emblemáticos gracias a sus mujeres bellas, pasiones arraigadas por el deporte, una exquisita gastronomía y un calor humano que solo se compara con los rayos del sol sobre el lago de Maracaibo. Es cierto que humanamente las presiones sociales nos conducen a una extraña frialdad que sacrifica mucho más que una sonrisa.

Este jueves 31 de diciembre muchos escribirán sus propósitos personales para 2016, con seguridad unos cuantos referidos a recuperarse de los excesos navideños, pero esta vez hay algo que aclama mucha más atención, y es que Venezuela demuestra en cada poro de su superficie que las metas venideras deben ser conjuntas de todos los venezolanos.

El Sumario invita a escribir y hacer realidad los verdaderos propósitos que todo corazón tricolor debe comenzar a buscar al sonar el tradicional cañonazo.

  1. Hagamos de la tolerancia una regla, despidiéndonos del radicalismo y abriendo paso al respeto de las opiniones distintas.
  2. Rescatemos el sentir criollo que por genética nos obliga a sonreír al extraño sin mayores explicaciones.
  3. Recibamos sabiduría para contribuir al desarrollo humano de Venezuela, olvidemos el facilismo y rescatemos el amor por el trabajo.
  4. Aprendamos a despedir las artimañas que se han hecho costumbre para escapar de las sanciones cuando incumplimos una ley.
  5. Exaltemos nuestra cultura, escuchemos con frecuencia un pasaje del llano, un joropo o simplemente un recital de los Andes.
  6. Visitemos por lo menos un destino turístico de nuestra tierra, enamoremos cada día más de sus playas, su desierto o sus montañas.
  7. Adquiramos conocimientos de lo nuestro, de lo propio, del café, del cacao, del maíz, el mango o el cambur, aprendamos que somos una tierra bendita.
  8. Conozcamos a nuestros atletas y compartamos sus derrotas con el mismo ahínco con el que celebramos sus glorias.
  9. Contribuyamos a calles más seguras, protegiendo y manteniendo la propiedad pública que no es más que nuestra propiedad.
  10. Eduquemos mejores niños, con ambiciones sanas orientadas a crecer como país, dejémosles ser inocentes lo más que se pueda y contagiémonos de ellos.

Y por último escuchemos, por lo menos, una vez por mes la canción que los españoles Pablo Herrero y José Luis Armentero le escribieron a nuestra tierra, porque lo cierto es que si un día terminamos por naufragar y un tifón rompe las velas, nuestros cuerpos solo van a descansar cerca del mar, en Venezuela.

Feliz Año Nuevo 2016.

Yelimar Requena

Fotografía Gettyimages.