El Sumario – En su vejez, el famoso Miguel Ángel esculpió una Piedad que lo frustró e intentó en más de una ocasión destruir. Ahora, esta obra maestra del Renacimiento está siendo restaurada ante los ojos del público en su casa, el Museo de la Ópera del Duomo de Florencia.
La escultura, una de las varias piedades que Buonarroti esculpió a lo largo de su vida, mostraba las marcas del paso del tiempo sobre su superficie, como grietas o manchas por el humo de las velas, y por eso ahora se tratará de devolverle su antiguo lustro.
En este sentido, las autoridades del museo de la catedral decidieron que la restauración sea ante los ojos del público, la cual se centrará en “limpiarla y devolverle su tridimensionalidad, eclipsada por las manchas que, a su vez, impiden la lectura de su superficie”.
Desde el lunes 25 de noviembre, los visitantes del museo pueden ver a los restauradores tras una mampara estudiando la obra, en una fase preliminar para su diagnóstico. Mientras que la restauración propiamente iniciará a comienzos de 2020.
Cabe destacar que, la Piedad Bandini, de casi dos metros de altura, es una de las obras maestras de Miguel Ángel, que el artista realizó en su vejez, representa en su particular “estilo serpentinato y non finito” el descendimiento de Cristo, que yace en brazos de la Virgen María, de María Magdalena y de un Nicodemo con el rostro del autor.
Se trata de “la obra atormentada de Miguel Ángel”, pues se cree que la tomó a martillazos asaltado por un arrebato de insatisfacción y rabia al constatar una imperfección en el mármol. Las marcas son visibles en el codo, pecho, espalda y pierna izquierda de Cristo.
Según los datos rescatados por el paso de la historia del arquitecto, pintor y escritor italiano del Renacimiento, Giorgio Vasari, asegura que él mismo fue“testigo de esta violencia del autor hacia su obra”. Incluso, reseñó, un día sorprendió al maestro “tratando de ocultar la escultura en su propia casa para que nadie la viera”.
En sus escritos, Vasari añade que “Miguel Ángel arrojó al suelo la antorcha que iluminaba su taller. Estuvo preso de la frustración por una obra que ideó para decorar su propia tumba en la basílica romana de Santa María La Mayor”.
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Rubén Vásquez
Con información de Agencia
