El cerebro adulto es difícil de moldear. Por el contrario, las conexiones cerebrales de los niños cambian constantemente con sus experiencias y nuevos aprendizajes. En otras palabras: su cerebro tiene plasticidad, que se refiere a la adaptación del cerebro ante cambios internos y externos.  Además, puede reflejar la adaptación funcional del cerebro para minimizar los efectos de las lesiones estructurales y funcionales.

Con esto en mente, un grupo de investigadores de la Universidad de California en Irvine (EEUU) emprendieron el viaje para descubrir si el cerebro adulto podría rejuvenecerse. Hasta ahora, lo lograron con ratones.

Para ellos, los científicos transplantaron neuronas embrionarias que expresan el neurotransmisor GABA -molécula que que ayuda en el control motor y la visión, entre otras funciones relevantes-  y descubrieron que los ratones que tenían un problema de visión desarrollado al principio de su vida llamado ambliopía, lograron un nuevo periodo de plasticidad en el cerebro que les permitió ver a la perfección.

“Varias semanas después del trasplante, cuando el sistema visual del animal donante atravesaba su período crítico, los ratones ambliópicos empezaban a ver con agudeza visual normal”, explica Melissa Davis, líder del estudio. Sus cerebros volvieron a ser jóvenes y reactivó los cambios rápidos y robustos en las vías neuronales y las sinapsis.

Aplicaciones del descubrimiento

El estudio facilita el camino para nuevos tratamientos relacionados con el desarrollo normal del cerebro como la esquizofrenia y el autismo, trastornos cerebrales actualmente incurables.

AG

Con información de Muy Interesante