Holly Christensen era enfermera de oncología en Alaska. Su vida cambió cuando se enteró que la hija de unos amigos había sido diagnosticada con cáncer y quiso ayudar a la pequeña a fortalecer su confianza creando una peluca especialmente diseñada para ella.
Consciente de que las quimioterapias suelen dejar la piel muy sensible, la mujer utilizó estambres y fibras suaves. El resultado: una larga y hermosa cabellera de Rapunzel. “En cuanto esta niña de menos de tres años la usó, su felicidad fue evidente”, afirmó en declaraciones al portal BuzzFeed.
En poco tiempo comenzó a recibir llamadas de todo tipo como «madres que querían pelucas para sus hijas pequeñas con cáncer, desconocidos que querían ayudar donando dinero para comprar materiales y hospitales pidiendo algunas pelucas”, comentó. A partir de esta iniciativa nació The Magic Yarn Project para contribuir a mejorar la autoestima de las pacientes.
Según la joven, su objetivo es confeccionar “bellas pelucas de hilo para pequeñas guerreras que, con valentía, enfrentan el cáncer”. Christensen afirma que el proyecto ha sido un éxito. Actualmente, dicta talleres y recluta voluntarios para aprender a hacer estas pelucas. El siguiente paso es trabajar con la fundación Make a Wish y hacer un acuerdo con los centros penitenciarios femeninos, para que las mujeres en prisión puedan colaborar, si lo desean.
NG
Con información de YahooVidayEstilo.
Fotografía Gettyimages.