Gustavo Dudamel
Los aplausos aumentaron con la aparición de Dudamel y cesaron cuando dio su primera indicación a la orquesta (Fuente de imagen referencial: EFE/Toni Albir)

El Sumario – Más de 200 músicos participantes en proyectos sociomusicales y educativos de nueve países se unieron en el Palau de la Música de Barcelona (nordeste de España) bajo la batuta del director venezolano Gustavo Dudamel, en un ensayo abierto que tuvo la inclusión y el intercambio cultural como protagonistas.

El acto, que supuso el momento culminante del encuentro internacional ‘Chords of Harmony’, contó con intérpretes de la Orquesta Juvenil de Los Ángeles, la YOLA, del Coro de Manos Blancas de Venezuela, integrado por jóvenes con diversidad funcional, y de los coros catalanes de Palau Vincles, el proyecto social del Palau, la Fundación Xamfrà, vinculada al Raval, y la Escuela Superior de Música de Cataluña.

Siguiendo las indicaciones del maestro venezolano, jóvenes estadounidenses, venezolanos, españoles, ingleses, suecos, griegos, suizos, portugueses y franceses interpretaron la ‘Sinfonía número 9’ de Beethoven, más conocida como ‘Oda a la Alegría’, y la obertura de la obra ‘Egmont’ del mismo compositor, a la que Dudamel dedicó la mayor parte del ensayo, de una hora y media de duración.

Antes de su llegada al escenario y frente a un auditorio prácticamente lleno, sobre todo de niños y jóvenes de entidades sociales y educativas de la ciudad o estudiantes de música, dos de los intérpretes pronunciaron un breve discurso con el que agradecieron la oportunidad de compartir la música con el director y reivindicaron: «con nuestras historias, culturas y patrimonio llegamos más lejos».

Gustavo Dudamel
Los jóvenes bajo la batuta de Dudamel interpretaron la ‘Sinfonía número 9’ de Beethoven (Fuente de imagen referencial: EFE/Toni Albir)

Los aplausos, que aumentaron con la aparición de Dudamel, cesaron en el momento en que el músico dio su primera indicación a la orquesta, señalando el busto de Beethoven, que se encuentra en la boca derecha del escenario del teatro, sugiriendo a los jóvenes que lo tuviesen presente mientras tocasen sus composiciones.

La batuta se alzó y las primeras notas de la obertura de ‘Egmont’ empezaron a sonar, pero no convencieron al director, que enseguida las detuvo diciendo: «Esto suena muy feo».

Más allá de la dirección y las correcciones, Dudamel también encontró momentos para disfrutar, pidiendo «por placer» que el oboísta volviese a tocar su solo, y para compartir algunos «secretos» con los estudiantes, confesando que el pasaje de las cuerdas, al inicio de la composición, es el que siempre le da más miedo por la dificultad de que todas vayan a tiempo.

El público respondió con una gran ovación, reconocimiento al que el mismo Dudamel, sonriente, también se unió bajando de la tarima y colocándose entre los músicos, que le devolvieron el aplauso.

De interés: Gustavo Dudamel liderará la gira europea de la Filarmónica de Los Ángeles

El Sumario

Con información de EFE Servicios y redes sociales

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