El Sumario – La misión Juice de la Agencia Espacial Europea (ESA) emprendió su viaje a Júpiter en abril de 2023, un largo trayecto de ocho años que dista mucho de ser recto y que ahora pasa por una de sus fases críticas: el vuelo de aproximación Luna-Tierra como maniobra de asistencia gravitatoria y de frenado.
Uno de los objetivos principales de esta operación es el de ahorrar el máximo de combustible posible. La «arriesgada hazaña» cambiará la velocidad y dirección de la nave para modificar su trayectoria en el espacio; «el más mínimo error podría desviar a Juice de su camino y suponer el final de la misión», explica en su web la agencia espacial.
Es el primer vuelo de aproximación Luna-Tierra y la primera maniobra de asistencia gravitatoria doble, asegura la ESA, que indica que la maniobra de frenado llevará a Juice por un atajo hacia Júpiter a través de Venus -en 2025 necesitará el impulso de este planeta-.
Misión planificada durante 20 años
El destino final de Juice es el gigantesco gaseoso Júpiter y sus tres lunas heladas Calisto, Europa y Ganímedes, bajo cuyas cortezas heladas se cree que puede haber océanos de agua líquida. Explorará estos mundos e investigará si alguna vez surgió vida en estos océanos.
Júpiter se encuentra de media a ‘sólo’ 800.000.000 de kilómetros de distancia de la Tierra. «Sin un cohete inmenso, enviar a Juice directamente al planeta gigante requeriría unos imposibles 60.000 kilogramos de combustible a bordo», recuerda la ESA.
Además, tendría que llevar una enorme cantidad adicional para frenar lo suficiente y entrar en órbita alrededor de Júpiter.
Por eso la misión está realizando ‘la ruta panorámica’, utilizando la gravedad de otros planetas para ajustar cuidadosamente su trayectoria a través del espacio y asegurarse de que llega a Júpiter con la velocidad y dirección correctas. Todo ha sido cuidadosamente planificado durante los últimos 20 años.
Los operadores de la misión, que confían en el éxito, ya han ajustado la trayectoria de Juice para garantizar que llegue primero a la Luna y un día después a la Tierra, en el momento preciso, con la velocidad adecuada y viajando en la dirección correcta.
En cada segundo del trayecto, tanto de día como de noche, los operadores vigilarán atentamente los datos de la misión y realizarán los pequeños ajustes necesarios para mantenerla en el rumbo correcto.
Calibrar los instrumentos
Además, la ESA aprovechará este paso por la Luna y la Tierra para calibrar sus diez instrumentos científicos en el espacio.
El momento es especialmente importante para RIME, puesto que los datos de este instrumento «están siendo afectados por algunos ruidos electrónicos en el interior de la nave», apunta la ESA.
El vuelo de aproximación a la Luna es una de las pocas oportunidades que tiene el equipo, antes de llegar a Júpiter, para comprobar cómo afecta ese ruido al rendimiento del instrumento.
Los sobrevuelos también proporcionarán un entorno de pruebas privilegiado para recopilar y analizar datos de una superficie real en el espacio (el máximo acercamiento de la nave a la Luna será de 700 kilómetros y a la Tierra de 6.807 kilómetros).
Además de estos dos sobrevuelos, Juice realizará varias asistencias gravitatorias más: Venus en 2025 y entre 2026 y 2029 dos veces más necesitará el impulso de la Tierra. Llegará a Júpiter en 2031.
De interés: Space X envió cargas al espacio en misión Transporter 11
El Sumario
Con información de EFE Servicios
Visita nuestro canal de noticias en Google News y síguenos para obtener información precisa, interesante y estar al día con todo. También en Twitter e Instagram puedes conocer diariamente nuestros contenidos