Diversas prácticas, de calidad dudosa, buscan alejar la vejez de la vida humana y realizan recomendaciones peligrosas

Desde hace tiempo ha surgido una oferta, de calidad dudosa, destinada a aquellos que se niegan a envejecer. Se trata de la multimillonaria actividad pseudocientífica llamada “antienvejecimiento”, la cual promete a sus clientes que si consumen sus caros productos, o se someten a sus prácticas extremas, retrasarán el envejecimiento y lucirán cada día más jóvenes.

No es necesario decir que, con el paso de los años, los decepcionados clientes siguen envejeciendo y, como todo ser humano, continúan muriendo.

Parte del tratamiento ofrecido incluye, en el caso de los hombres, el consumo de testosterona. Esto se ha justificado bajo un término inventado: low T, el cual no tiene significado médico pero se refiere a un aparente nivel bajo de testosterona en la sangre como causa de los síntomas del hombre mayor.

Esto obligó a la Administración de Medicinas y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) a advertir a los médicos que el término low T no existía y que el uso de testosterona podía causar infartos cardíacos y derrames cerebrales.

Samuel Bello

Con información de El Comercio.

Fotografía Gettyimages.