Rylea, una mujer australiana, sufrió un accidente automovilístico el mes pasado en una carretera del este de Australia donde la imprudencia de un conductor ocasionó que su auto, donde viajaba con sus dos hijos (16 meses y 9 años), colapsará ocasionando fuertes contusiones en los pequeños.
Los niños fueron trasladados a un hospital donde el diagnostico no era nada alentador, la niña tenía un sangrado interno por lo que debían amputarle parte del brazo y el bebe estaba seriamente herido en la cabeza, el impacto había quebrado su columna y su cuello se había separado de su cabeza. Milagrosamente continuaba vivo.
Medicamente la situación del niño Jaxon Tyler se conoce como “decapitación interna”, algo a lo que muy pocos sobreviven, el 65% fallece en el lugar del incidente, un 20% camino al hospital y el otro 5% sencillamente es un milagro. El pequeño Jaxon se convirtió en un gran milagro y el médico Geoff Askin fue su eterno héroe.
Askin realizó una operación de seis horas en el hospital infantil de Lady Cilento, debía conectar la cabeza del bebe nuevamente con su columna y para lograrlo utilizó un fino alambre y una fracción de costilla que retiró previamente del niño. De esta forma, tras un minucioso proceso, logró unir nuevamente las vértebras de Jaxon.
Después de la intervención el pequeño estuvo tres días en un coma inducido, pero al despertar demostró que los designios de Dios son perfectos, podía caminar, moverse, reírse y abrazar a esa madre que por horas sintió que lo perdía.
La recuperación solo llevará seis semanas en las cuales deberá usar un armazón de yeso en su abdomen que sostiene unas varillas de hierro que arman el arco plástico alrededor de su cabeza que permitirá que los huesos se puedan soldar correctamente. Luego de esto Jaxon podrá tener una vida tan normal como la que siempre mereció.
Hay historias de vida que cambian al mundo, esta es una de ellas.
YR
Con información de Perú21.
https://www.youtube.com/watch?v=BT8RmGmCbhA&feature=youtu.be
