Nos permiten relajar tensiones, aliviar el estrés e incluso fortalecen nuestro sistema inmunológico
Nos permiten relajar tensiones, aliviar el estrés e incluso fortalecen nuestro sistema inmunológico

Un estudio publicado por la Universidad de Miami, en Estados Unidos, asegura que necesitamos mínimo cuatro abrazos diarios para ser más felices. Pero abrazar no es sólo unir dos cuerpos, es reconocer emocionalmente a la otra persona.

El bienestar no se consigue sólo con la buena alimentación. Las emociones, las caricias y los abrazos cumplen una finalidad terapéutica importante en el día a día. Algunas de los beneficios que trae el contacto con otra persona son:

  • Una caricia, un abrazo, es un estímulo físico que crea una unión neuronal y, en consecuencia, un óptimo desarrollo del cerebro, en especial en esas áreas emocionales y sociales.
  • Los abrazos nos unen a las personas, y los bebés desarrollan ese apego imprescindible con sus progenitores, para sentirse seguros, atendidos y amados.
  • Las caricias alivian el estrés, la ansiedad y el miedo.
  • Abrazar y ser abrazados nos reafirma como personas. Somos criaturas sociales unidas en lazos de amistad, de amor, de cariño familiar e incluso humano. Al hacerlo, se despiertan en nosotros multitud de sensaciones que nos unen a nosotros mismos y a los demás. Se estrechan vínculos y mejora el autoestima.
  • Regula nuestras pulsaciones y acompasa el ritmo de nuestro corazón. Cuando alguien es acariciado o abrazado, los receptores de la piel también se activan.
  • Se envían señales al nervio vago del cerebro y este es, a su vez, el encargado de regular nuestra respiración.
  • Se refuerza nuestro sistema inmunológico.
  • Se activan los sensores de nuestra piel y nuestro sistema endocrino.
  • Segregamos esas endorfinas que nos aportan placer y tranquilidad.
  • Nos volvemos más creativos, porque nos sentimos más libres emocionalmente. Se activa, por así decirlo “nuestro niño interior”.

DS

Con información Mejor con Salud.

Fotografía Gettyimages.