Nota en El Sumario
Los indígenas pemones de Venezuela esperaron desde 1998 el regreso de la roca que estaba sembrada en Berlín

El Sumario – Los indígenas pemones de Venezuela llevan esperando desde 1998 el regreso de la piedra Kueka, su «abuela» sembrada en Berlín durante 22 años. La espera terminó, cuando la roca sagrada regresó al país este jueves, donde le aguarda «el abuelo«, con el que se reencontrará en una tradición nativa sagrada.

La odisea comenzó bajo la presidencia de Rafael Caldera, en 1998, cuando su gobierno llegó a un acuerdo con el artista bávaro Wolfgang Kraker von Schwarzenfeld, que preparaba una gran instalación en el parque Tiergarten de Berlín.

La grande y hermosa roca llegó ayer 16 de abril al puerto caribeño de Guanta, en el estado Anzoátegui.

Penélope y el coronavirus

La roca fue retornada desde Alemania a Venezuela

En el puerto, a modo de Penélope, unos operarios esperaban la piedra sagrada del pueblo pemón preparados especialmente para la ocasión, pero con el temor latente ante la pandemia del COVID-19 que azota al planeta y a la que Venezuela no es ajena.

Allí, con equipos especiales, hicieron descender la roca que, como buen Ulises, no había olvidado su patria.

El bloque de jaspe de 30 toneladas terminó así un largo recorrido que comenzó en mayo de 2018, cuando empezó el proceso de repatriación con un ritual de sanación para el que se desplazaron hasta Berlín un grupo de pemones que desafiaron las bajas temperaturas alemanas con sus vestidos tradicionales.

El pueblo pemón la considera parte de su cosmovisión y pieza importante de su acervo cultural y espiritual. Por ello, creen que con su regreso se reestablecerá el equilibrio ambiental y ecológico que fue quebrantado por la separación de los dos abuelos.

Un último trayecto hasta el paraíso

Ahora queda el último trayecto, el que separa las costas del Caribe de la Gran Sabana venezolana, específicamente del Parque Nacional Canaima.

En plena selva amazónica, el hogar natural de los pemones, célebre en todo el mundo por albergar el Salto Ángel, la caída de agua más elevada del mundo a 1.283 metros, además de por inspirar la película «Up», se reencontrará con su abuelo.

Su abuelo fue, según la tradición indígena, un nativo pemón que se enamoró de la abuela Kueka, una mujer de la comunidad Macuxi.

Como en las buenas tradiciones literarias, las dos tribus eran enemigas desde tiempos inmemoriales y sus pueblos separados con estricto celo por el dios Makunaima.

Sin embargo, Taure Pam, el joven pemón, desposó a la joven más bella de la comunidad Macuxi, e hizo saltar por los aires las órdenes de Manukaima. Presos de la irreverencia, ambos huyeron, desafiando así al dios que prohibía la unión entre ambos pueblos.

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María Alejandra Guevara

Con información de Agencias