José Visconti afirma estar agradecido con Dios por las oportunidades y personas que ha puesto a lo largo de su vida

El Sumario – El hombre bajito, siempre elegante, con traje, corbata y maletín, que muchos han visto en televisión y leído en prensa, inició sus estudios como seminarista, pero su pasión periodística ganó, afirmando que “hubiera sido un pésimo cura”.

Siendo estudiante de primer año en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela (UCV) conoció al amor de su vida, y más allá de su rol de esposo, padre, abuelo, profesor y ante todo amigo, José Visconti posee esa cualidad de sonreír todo el tiempo y saludar a todos por igual, que se ve muy poco hoy en día.

Muchos lo conocen por su faceta religiosa y otros por su pasión deportiva y los más jóvenes a quienes imparte clases afirman que es “¡lo máximo!”, Visconti, de 67 años, con su eterna sonrisa y su inquebrantable fe, señala ser de una Caracas inédita para la generación actual, confiesa amar profundamente a la Iglesia pero sostiene que Jesucristo lo ama mucho más a él.

En uno de los salones del antiguo Seminario Interdiocesano de Caracas, actual Universidad Católica Santa Rosa (Ucsar) donde imparte clases de periodismo I, II, III y periodismo deportivo, el fanático de los Leones del Caracas define al deporte en una sola palabra: emoción.

Asegura que desde temprana edad supo que quería ser periodista. “Siempre lo supe porque crecí en un ambiente de periódicos, revistas y libros. Mi primer juguete fue un libro, mi mayor emoción era una página escrita, aprendí a leer muy temprano porque mis papás me enseñaron con periódico del génesis venezolano llamado “La Esfera”, recuerda.

Respondiendo la pregunta de qué se siente haber conocido a un santo afirma sentir mucho agradecimiento con Dios porque ha tenido la oportunidad de conocer a varias personas con esa cualidad. “La primera de ellas, María de San José”, evoca. “Siendo yo un jovencito seminarista en la ciudad de Maracay en una función religiosa, no imaginé la dimensión que esa mujer alcanzaría”.

La segunda persona, Carmen Rendiles “era una mujer caraqueña, de El Valle, fundadora de una congregación llamada “Las siervas de Jesús” que se dedicó a atender a los sacerdotes, auxiliar en las parroquias y en los seminarios. La tercera persona, indiscutiblemente, el papa Juan Pablo II”.

“A veces pasa por mis ojos, como una película, tanta gente que he conocido. La madre María de San José, la madre Carmen Rendiles, el papa Juan Pablo II y sabe Dios cuántos santos más están alrededor de uno, le estoy muy agradecido al Señor”.

Durante 47 años ejerciendo en distintas áreas, sucesos donde inició, farándula, religioso y deportes en el cual permaneció, asegura que su mayor logro nada tiene que ver con la fama. «Conectarme con la vida en muchas facetas y saborear a fondo todo su acontecer a través del periodismo es lo que más me ha gustado».

Prensa, radio y televisión

Visconti recuerda a Radio Caracas Televisión (RCTV) como su gran escuela. «Estuve ahí 23 años, ingresé como comentarista deportivo, luego fui productor, animador, productor jefe de los programas matutinos y finalmente la imagen deportiva del canal.

«Tengo muchísimas anéctodas», asegura, sin embargo hay una en particular: la cobertura en Portland cuando Venezuela se coronó subcampeón en el Preolímpico de Baloncesto tras enfrentarse al «Dream Team» de Estados Unidos en 1992.

Recuerda, mientras se ríe, que luego de la victoria, cuando la selección regresaba a casa, en el apuro de transmitir en vivo, sin cortes, y en exclusiva para RCTV tanto él como su «tremendo camarógrafo» Pereira, a quien nombra con cariño, pasaron directo al avión, sin pasar por el mostrador, es decir, sin pasajes.

Después de transmitir vía celular, toda una innovación para la época, a 55 mil pies de altura, la jefa de las aeromozas pidió sus boletos, los cuales no tenían. «Técnicamente estábamos coleados en el vuelo, hasta el capitán me regañó» confiesa inocentemente.

La llegada al país también fue muy emocionante, «me costó contenerme», revela. «Luego de que los deportistas saludaron a quienes los esperaban, mi productor me dijo que saludara también, cuando salí todos gritaban: «¡Visconti!, ¡Visconti!, ¡Visconti!», seguido de «¡león!, ¡león!, ¡león!».

No sabía que tenía tanta popularidad. Dios nos ayudó mucho porque no hubo ni un solo error durante la transmisión», asegura.

¡A sacarla de jonrón!

Esa frase, junto a las demás (mis deportivisimos amigos, si no es panini, es chimbini y otras tantas) surgió de lo inesperado. «Un día justo antes de terminar la emisión, uno de los coordinadores me hizo un gesto, como de bateo, lo vi y me despedí diciendo: «eso es todo y no olviden ¡a sacarla de jonrón!» a lo que ahora le agregó «y con las bases llenas».

Toda una vida juntos

Hace 45 años se casó con María Teresa País a quien conoció en los salones de la UCV. “Éramos compañeros de clases, primer año “B” en la Universidad Central, ella estaba en el grupito de las buenas alumnas, niñitas aplicadas y muy serias. En unas vacaciones fui a la biblioteca de periodismo y la vi, me dije: “caray” ¿esta niñita de dónde salió?” y bueno, poco a poco comencé a alternar con ella hasta que nos hicimos novios el día 3 de septiembre de 1969” recuerda sonriendo.

Visconti afirma creer que fue su sentido de originalidad lo que la enamoró. “Yo debo ser bien especial para que una mujer tan exigente se haya fijado en mí” dice riéndose, “tenía muchos pretendientes porque era de las muchachas más bonitas del curso y de la universidad”. “Nos amamos profundamente, de eso estoy seguro”.

Momentos

En la Universidad Católica Santa Rosa (Ucsar) uno de los salones principales lleva su nombre.
En la Universidad Católica Santa Rosa (Ucsar) uno de los salones principales lleva su nombre.

Al referirse sobre el deporte en Venezuela hoy en día declara ser optimista. «Venezuela es una cantera natural de deportistas, en todos los niveles y terrenos: béisbol, basquet, natación, esgrima», y aunque sí lamenta el estado del fútbol nacional, garantiza que «el país tiene mucho para dar».

El ícono deportivo de Venezuela parece no cansarse, sigue ejerciendo en tres emisoras de radio tanto AM como FM, además de su rol de Profesor Ilustre, reconocimiento que se le hizo en la Ucsar; por lo cual uno de los salones principales de la institución lleva su nombre.

Sobreviviente del cáncer que logró superar con valentía, fe y siendo “obediente a la voluntad de Dios”, José Visconti explica que le gustaría ser recordado como un formador de profesionales con amor a la verdad. “Espero que los conocimientos que adquirí y he impartido sirvan para sembrar periodistas con honestidad, con amor a Venezuela y sobre todo amor por el periodismo bien ejercido. Quisiera que aquellos a quienes he procurado enseñar hayan aprendido y les sea de utilidad”.

Alejandra Watts