La creciente diáspora venezolana ha dado a entender en muchos países que el gentilicio nacional no es sinónimo de inexperiencia

El Sumario – Los últimos dos años el éxodo venezolano ha aumentado en proporciones astronómicas alrededor del mundo. Un informe de Tendencias Migratorias Nacionales en América del Sur publicado por la Oficina Internacional de Migraciones (OIM), en febrero de este año, reveló que un total de 924.547 personas salieron del país entre 2015 y 2017, lo que representó un aumento de 895%.

Datos que evidencian la alarmante fuga de material humano hacia otras latitudes que, a la postre, representa el capital más importante que tiene un país. No obstante, esta situación puede también auspiciar noticias positivas para los venezolanos, pues no es secreto que en muchas ocasiones la formación profesional es muy bien valorada en el extranjero.

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Salomón Raydan es Licenciado en Filosofía egresado de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).

Uno de estos casos es el de Salomón Raydán, un emprendedor social venezolano que ha generado una oportunidad de crecimiento a varias poblaciones en Colombia -nación en donde radica desde hace tres años- gracias a la creación de Bankomunales.

Este modelo de finanzas ha sido aplicado en al menos 14 países distintos y lo llevó a ser uno de los finalistas del concurso latinoamericano Innovadores de América 2014.

El proyecto, influenciado por los mecanismos populares conocidos en Venezuela como el “San” o “Bolsa”, es una alternativa a la bancarización pues busca generar un modelo distributivo de ganancias que no pretende la acumulación de un capital sino, al contrario, la distribución permanente del mismo entre un grupo determinado de personas.

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¿En qué consiste? Se realiza entre un grupo de 20 individuos que hacen un ahorro mensual denominado compra de acciones, sobre ese recurso pueden acceder a un crédito (cinco veces el monto ahorrado). Se cobra una tasa de interés que se reinvierte en el banco y al final del año las ganancias son distribuidas entre los socios de forma equitativa.

Países como España, Senegal, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Perú, Indonesia, Haití, República Dominicana y otros han decidido adoptar este nuevo modelo financiero bajo la premisa de que los pobres son autofinanciables.

El positivo coraje de la juventud venezolana

Salomón Raydan no representa un caso aislado del emprendimiento venezolano en el exterior, puesto que son innumerables las situaciones similares de criollos que han partido con sueños, decididos a echar raíces en el exterior y cosechar con mucho esfuerzo el fruto del sacrificio.

Yra González es una de las historias que roba protagonismo en Panamá. La venezolana, con título de Estudios Internacionales en la Universidad Central de Venezuela (UCV), decidió guardar su título momentáneamente y se ha dedicado a forjar su nuevo nombre de “Layra” como DJ en la escena musical nocturna del país.

En Alemania también está el caso de Werner Brill, un joven de 24 años que partió del país con el sueño de ser futbolista profesional y que hoy en día lleva a cabo un exitoso proyecto en beneficio de la disciplina del ciclismo.

El deporte independiente también se ve representado con Daniela Montiel, atleta zuliana con vasta experiencia en competencias de alto rendimiento y que se dedica a transmitir sus conocimientos y preparar a noveles talentos deportivos.

En una nación con un elevada diáspora y cuya reputación ha sido muy cuestionada en algunas naciones receptoras de la migración venezolana, los nombres de este grupo de venezolanos funge como un plus importante para la no estigmatización negativa del gentilicio nacional.

Daniel Dolores / @daleserrano_

Con información de El Espectador y Panorama.

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