El Sumario – Un estudio realizado por científicos de la Estación Biológica de Doñana, ubicada en Sevilla, determinó que el color de ojos varía únicamente entre los humanos y los animales domésticos. 

El investigador principal de este estudio, Juan José Negro, destacó que es muy raro observar esta variación en una población de criaturas salvajes.

“La coloración variable del ojo entre ejemplares de una misma especie es algo muy raro en las salvajes y sólo ocurre en poblaciones humanas y sus animales domésticos”, aseguró el científico.

Hoy día se puede comprobar que existen cabras, perros, gatos, llamas, caballos y hasta camellos con ojos azules, amarillos, verdes o marrones, algo que no ocurría en sus ancestros salvajes, que tienen siempre el mismo color de ojo, detalla el estudio.

“Antes, los humanos sólo teníamos un único color de ojos: el marrón oscuro, pero eso cambió tras la revolución neolítica, cuando nos convertimos en agricultores; empezaron a aparecer y a fijarse variantes de color en especies domesticadas, tanto en el pelaje como en los ojos, y el hombre comenzó a seleccionar mutantes de colores raros”, destacó Negro.

Este trabajo, firmado junto a Juan José Negro por los investigadores María del Carmen Blázquez e Ismael Galván, sostiene que las variantes del color de los ojos de los humanos podrían haber comenzado en el mismo periodo neolítico, con el sedentarismo y la domesticación de plantas y animales y solo, o principalmente, en Europa.

Hoy día, la variación del color de los ojos en los humanos se considera continua, con centenares de variantes que van desde los azules muy claros hasta los marrones muy oscuros. En animales salvajes, y también en los ancestros de animales domésticos, la coloración del ojo no varía, salvo en contadas excepciones.

Krystian Tovar

Con información de República

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