La ciudad de Ouarzazat, en Marruecos, queda a los límites del desierto del Sahara. Allí hay 500 mil espejos solares ordenados en 800 filas, los cuales forman parte de una gigantesca planta de energía termosolar de concentración que se inaugurará el próximo mes. El complejo promete generar la mitad de la energía que utilizan los marroquíes para 2020.

Los paneles utilizan el calor del sol para derretir sal. El calor que retiene la sal se emplea luego para impulsar una turbina a vapor por las noches. Así, esta zona desierta de Marruecos se está convirtiendo en una fuente de recursos valiosos. Durante la primera fase, el complejo producirá tres horas de energía por la noche y más adelante podrá suministrar 20 horas de electricidad al día.

Cuando las cuatro plantas estén finalizadas, este complejo futurístico será el más grande en su tipo del mundo: tendrá el tamaño de 35 estados de fútbol –o de la capital marroquí, Rabat– y capacidad para generar 580 MV de electricidad, suficientes para suministrar energía a un millón de hogares.

Como parte de su compromiso de cara a la cumbre de cambio climático que comienza el 30 de este mes en París, Marruecos prometió reducir sus emisiones de CO2 en un 32%, siempre y cuando reciba ayuda para desarrollar renovables. En este sentido, el proyecto está destinado a cumplir con la promesa de obtener para 2020 el 42% de su electricidad de fuentes renovables.

La iniciativa surge de la visión del rey de Marruecos Mohammed VI, quien quiere convertir a su país en un jugador clave en el ámbito de las energías renovables. Hasta ahora, su país depende en un 98% de la importación de combustibles fósiles, pero el mandatario está convencido de que esta situación puede cambiar si aprovechan las posibilidades de generar energía limpia en su territorio utilizando por ejemplo los poderosos vientos del Atlántico o el sol abrazador del desierto.

Actualmente, Marruecos importa electricidad de España, pero se espera que no lo haga por mucho más tiempo. Paddy Padmanathan, director general de Acwa Power, la compañía saudita a cargo del proyecto, cree que, además, el complejo generará suficiente energía para exportar: «es obvio que este país podrá exportar (energía) a Europa y lo hará. Y no tendrá que hacer nada para ello. Lo único que tendrá que hacer es esperar, porque Europa empezará a necesitarla».

AG

Con información de BBC.