La séptima entrega de la serie inició con un episodio muy sangriento donde Abraham y Gleen fueron las primeras víctimas

El Sumario – Luego de una sexta temporada, que se despidió con el debut del sangriento Negan (Jeffrey Dean Morgan) estrellando su bate “Lucille”  sobre el cráneo de uno de los habitantes de Alexandría,  The Walking Dead regresó con una audiencia de 17 millones de espectadores en Estados Unidos. 

El primer capítulo inició con Rick (Andrew Lincoln) debatiéndose entre la idea de rendirse frente a «Los salvadores» o luchar hasta el final, asunto que resolvió tras emitir una dura amenaza a Negan, líder del terrorífico grupo.

Asimismo, a medida que avanzó el episodio, fue suficiente un par de batazos salvajes para que Abraham (Michael Cudlitz) se convirtiera en la primera víctima de la séptima temporada.

Pero el horror no para allí, pues Gleen (Steven Yeun) en medio de un coraje de  Negan terminó siendo atrapado por Lucille, el bate de béisbol forrado con alambre de púas alrededor.

La gran sorpresa fue ver al protagonista de la serie abandonar su resistencia y entregar su voluntad a “Los Salvadores”, un gestó que casi provoca que su mano fuera amputada.

Hasta que al final Maggie (Lauren Cohan) entre valientes sollozos alimentó el deseo de venganza y determinó el rumbo de esta séptima entrega es liquidar a Negan.

 

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Yisneidy Pérez

Con información de Ciudad.com y Excelsior