Hace seis años Sergio Diago le dijo adiós a su tierra y luego de tropiezos y dificultades logró su objetivo

Tecoz es el sueño hecho realidad de Sergio Diago, un joven venezolano de 35 años que vive en Australia, trabaja en hotelería, maneja un negocio de comida típica venezolana y gerencia un mercado online.

El camino que Diago tuvo que recorrer no fue fácil, desde el 2010 está al otro lado del mundo. «Al principio me fue muy mal por varias razones: en primer lugar por el idioma, y en segundo lugar porque el cambio fue muy drástico. Venir solo a un país cambia tu vida por completo, es duro sobrevivir el período de adaptación sin tu familia, sin tus amigos», recuerda.

Sin embargo eso no lo detuvo; después de ser gerente de una compañía y comenzar desde cero como mesonero, decidió aprender totalmente bien el inglés y ahí llegó su oportunidad. «Casualmente en ese momento una persona estaba abriendo un restaurant venezolano. Yo cocino muy bien la comida de mi país natal, entonces, abriendo el local me hicieron una entrevista y conseguí el trabajo. En ese lugar ayudé a hacer las recetas, obviamente encajé mejor porque además de tratarse de comida venezolana, todos hablaban español y eso me hizo sentir más cómodo, era como estar en casa comiéndome una arepa«, asegura.

En cuanto a Tecoz, el criollo sostiene que los negocios son su pasión y que la venta de los famosos snacks venezolanos está funcionando. «Con los tequeños vi una oportunidad, a casi todo el mundo les gustan, la masa y el queso son componentes comunes en la cocina internacional, así que tiene mucho potencial en este mercado.»

Diago emprendió también un negocio llamado El Mercado Market, el cual fue concebido «para vender productos latinoamericanos, con la idea es absorber a todos los emprendedores latinos, especialmente a los venezolanos, y unirlos a través de este sistema. Será como la creación de una estructura a través de la cual todos puedan vender sus productos. Tengo seis meses con este negocio y siento que va bien, por ahora vendemos harina, refrescos típicos, platanitos, entre otros”.

Finalmente confiesa que a pesar de los momentos duros, regresar a Venezuela nunca fue una opción. «Nunca me planté la posibilidad de regresar porque me considero una persona constante y creo que esa es la base del éxito. En mi cabeza solo existía una opción y esa era triunfar. Tuve mucho miedo al principio pero eso es lo que precisamente nos hace humanos, el miedo es algo maravilloso, aquel que no lo sienta, no tiene idea del valor que tiene para lograr objetivos”.

Alejandra Watts

Con información de La Media.