El Sumario – Este 19 febrero de 2020 se cumplen seis años de la desaparición física de Simón Díaz, tras una larga lucha contra el alzhéimer. Aunque no está con nosotros, la memoria y el legado cultural del “tío favorito de Venezuela”, se mantienen intactos. Su música es representativa de la Venezuela pujante.
El alcaraván cantó en la población de Barbacoas aquel 8 de agosto de 1928, para darle la bienvenida a Simón Narciso Díaz Márquez, un aragüeño,que dejaría el corazón en los llanos.
Del rasgar de su cuatro se elevaron bellísimas tonadas y recio joropo, para dar forma a canciones que lo convirtieron en el más celebre intérprete de la música popular venezolana, con proyección y reconocimiento internacional.
De acuerdo a lo que siempre contó, comenzó a improvisar coplas que escuchaba en boca de los artistas locales. Y su padre, el maestro Juan Díaz, quien tocaba el cornetín en la banda del pueblo, se dedicó a transmitirle sus conocimientos y amor por los ritmos tradicionales.
Un legado musical
El legado musical de Simón Díaz hace honor a nuestro gentilicio: Venezuela siempre era la gran protagonista de sus canciones.
“La luna me está mirando/ yo no sé lo que me ve/ yo tengo la ropa limpia/ ayer tarde la lavé”, canta en la piel de un llanero que se siente diminuto frente a la inmensidad del satélite.
También, su repertorio exaltó nuestra fauna: “Alcaravan compañero que vive regando flores a la orilla del camino”; caballo viejo, la vaca mariposa, becerritos, lapas y guacamayas, eran citados en sus melodías.
Y como ningún otro, Simón Díaz cantó en todas las épocas con los más diversos nombres de la canción: Desde astros criollos como: Alfredo Sadel, Ilán Chester o Jeremías, hasta figuras de renombre internacional, como Plácido Domingo o Celia Cruz.
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El Sumario
Con información de agencias y otros medios
María Alejandra Guevara