El Servicio de Monitoreo de Atmósfera Copernicus señala que este cambio se debe a una ola de calor

El Sumario – Durante las últimas semanas el Servicio de Monitoreo de Atmósfera Copernicus registró un cierre en el agujero de la capa de ozono estratosférica sobre el Ártico. El motivo no se debe a la reducción de la contaminación que permitieron las medidas de confinamiento por la pandemia del coronavirus, sino más bien a una ola de calor.

De esta manera, Copernicus explica que “el vórtice polar se dividió, permitiendo la irrupción de aire rico en ozono en el Ártico, un ciclón persistente a gran escala en la zona, ubicado en la media y alta troposfera y la estratosfera”.

Además, el Servicio de Monitoreo añade que “si bien parece que el vórtice polar aún no llegó a su fin y se reformará en los próximos días, los valores de ozono no volverán a los niveles muy bajos vistos a principios de abril”.

El cambio fue descubierto en el mes de marzo cuando un grupo de científicos detectó en el Polo Norte un agujero de enormes dimensiones en la capa de ozono, gas que protege a la Tierra de la mayor parte de la radiación ultravioleta del Sol.

Por su parte, la Agencia Espacial Europea (ESA por su siglas en inglés) confirmó su existencia empleando datos del satélite Sentinel-5P de Copernicus.

Cambios en la temperatura

Científicos registraron que las inusuales bajas temperaturas hicieron posible el desplome en los niveles, lo que materializó una abertura en el agujero en la capa de ozono estratosférico sobre el Ártico, tal como ocurre en la Antártida luego de finalizar el invierno austral.

Es común que las temperaturas mínimas en el Ártico tienden a ser menores que en la Antártida porque no se alcanzan niveles tan extremos, como los registrados últimamente.

Sin embargo, este año, se evidenció que unos potentes vientos alrededor del Polo Norte atraparon aire frío, este fenómeno se conoce como “vórtice polar”. Además, la pérdida de este gas llegó al 30 % en la vertical del Polo Norte, con temperaturas por debajo de -80 grados.

La estratosfera sobre el Ártico es demasiado cálida y el vórtice polar demasiado inestable para que se dieran esas condiciones. Mientras, el agujero de la capa de ozono en la Antártida se intensificó hace décadas por las emisiones industriales de gases que destruyen el ozono, un gas protector de la vida en la Tierra frente a los rayos ultravioleta provenientes del Sol.

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Rubén Vásquez

Con información de Agencias, Informe21 y redes sociales