Muchos creen que los minerales adicionales en el agua causan cálculos renales y fallas en los riñones. Sin embargo, estudios afirman lo contrario

El agua mineral natural es de origen subterráneo, protegida contra los riesgos de contaminación y con distintas composiciones de minerales que le confiere diversas propiedades favorables para la salud. Este producto natural se crea cuando el agua de lluvia o de nieve se filtra en las rocas de una montaña, proceso con el cual adquiere los minerales que le aportan su singularidad.

Tipos de agua mineral:

  • Bicarbonatadas o alcalinas: facilitan la digestión y neutralizan la acidez del estómago.
  • Cálcicas: contribuyen a la mineralización de huesos y dientes. Se recomiendan para embarazadas, niños, ancianos y para prevenir la osteoporosis.
  • Magnésicas: también ayudan en la mineralización de huesos y dientes, y pueden resultar ligeramente laxantes. Ayudan a combatir el estrés.
  • Hiposódicas: benefician a quienes sufren alteraciones renales, hipertensión o retención de líquidos y a los bebés y personas mayores.
  • Fluoradas: pueden prevenir las caries dentales.
  • Carbónicas o con gas: estimulan el apetito y facilitan la digestión.

Según explica la Asociación Española de Urología (AEU), no hay ninguna evidencia científica de que la mineralización del agua mineral natural conlleve un riesgo en la recurrencia de cálculos renales o que implique el deterioro de la función renal, como suele creerse.

“Datos científicos señalan que en personas sanas, los riñones son capaces de equilibrar el agua y los electrolitos de forma independiente, sin importar nuestras tomas, la composición de las comidas o de las aguas”, tal y como explica el doctor José Manuel Cózar Olmo, presidente de la AEU.

“Cualquiera que sea la composición, no hay evidencia de que la ingesta de agua mineral produzca efectos nocivos sobre un riñón sano”, añade Cózar.

Amanda Gómez

Con información de Yahoo e Instituto de Investigación Agua y Salud.

Fotografía Gettyimages.