Resultó ser el tío de su hijo

La naturaleza esconde fenómenos asombrosos. Fenómenos que superan lo que casi todas las personas conocen como realidad. Es de esta forma como un hombre que procreó a un niño, resultó no ser genéticamente el padre del mismo. Y no, no se trató de una infidelidad por parte de la madre; de hecho, ella salió embarazada luego de que la pareja recurriera a una clínica de fertilidad.

El hombre de 34 años, absorbió los genes de un mellizo que no sobrevivió al embarazo. Años después, la consecuencia de esto fue que una prueba de paternidad entre él y su “hijo” diera negativa: el hombre resultó ser el tío.

En junio de 2014 un bebé nació sano tras un tratamiento de fertilidad, pero los padres descubrieron con sorpresa que su grupo sanguíneo no coincidía con el de ellos. Una prueba de paternidad realizada en casa empeoró las cosas: indicó que el hombre no era el padre del bebé.

Otra prueba, realizada en un laboratorio especializado, confirmó ese resultado.

La pareja –que ha pedido no ser identificada– pensó que la clínica de fertilidad había usado la esperma de otro hombre y llegó a contratar a un abogado, pero la instalación médica aseguró que no había error posible, puesto que ese día el hombre cuya paternidad se cuestionaba había sido el único de la raza blanca en donar esperma.

De modo que la pareja acudió a Starr  –quien lleva la sección Pregunte a un genetista, en la página web del Tech Museum of Innovation en San José, California– en busca de asesoría.

El genetista recomendó que padre e hijo se hicieran una prueba de ascendencia genética vendida por la firma 23andMe. Los resultados de esa prueba se conocieron a finales del año pasado e indicaron que  el hombre era el tío de su hijo.

«Esa fue una especie de momento eureka», dijo Starr: podría estarse tratando de un caso de quimera humana.

Estos casos son inusuales, pero existen.

Se cree que aproximadamente uno de cada ocho partos individuales comienza como embarazo múltiple y, ocasionalmente, las células del hermano o los hermanos abortados son absorbidas en el útero por un gemelo sobreviviente.

Sin embargo, las búsquedas de quimeras humanas son complicadas porque los genes solo aparecen en cantidades detectables en muy pocos órganos. A medida que más personas recurren a clínicas de fertilidad los casos de quimeras pueden ser más comunes, ya que los tratamientos de fertilidad son más propensos a conducir a los partos múltiples.

Pero se conoce de al menos otro caso en Estados Unidos: los genes de las células sanguíneas de Karen Keegan, una mujer residente en Boston, son diferentes de los de sus ovarios, por lo que dos de los hijos de Keegan tienen genes diferentes de los suyos.

La verdadera madre genética de los niños era una hermana gemela de Keegan, que ella nunca conoció y que de hecho, nunca nació.

LS

Con información de Yahoo! Noticias.