El Sumario – El músico palestino-sirio Aeham Ahmad, cuyas fotografías al piano en medio de las ruinas del campo de refugiados palestino de Al Yarmuk recorrieron el mundo, busca en Alemania la vida próspera que, hasta ahora, ningún sirio ha podido tener.

Ahmand, de 28 años, es padre de dos hijos y fue precisamente por ellos que tomó la decisión de abandonar Siria, un país donde el futuro son las ruinas y la violencia desbordada.

Por ahora, su meta es obtener una identidad que le permita rescatar a su esposa y niños. Hasta los momentos, en su cédula siria sólo figura como «refugiado», pero ya tiene unos permisos que le permiten estar en suelo alemán por lo menos por tres años. Para 2017 podrá solicitar la reagrupación familiar para reunirse con su familia.

En su país llevaba su piano sobre ruedas a todas las ciudades en ruinas, para regalar esperanza dosificada en notas musicales, una hermosa labor que vio su fin el día que la milicia terrorista Estado Islámico quemó su instrumento por asociarlo con cosas prohibidas.

El músico llegó a Turquía el 15 de agosto y, tras atravesar la ruta de los Balcanes, pisó territorio alemán el 23 de septiembre.

Graduado en educación musical para niños, tiene ofertas para tocar en Londres, París, Italia, Egipto y, por supuesto, Alemania, siendo su piano la única identidad que lleva con orgullo. Espera, en una década, ganar un pasaporte de color rojo y ser alemán.

Su historia se ha convertido en una solicitud de paz mundial, ya no es el pianista de las ruinas de Siria, ahora es el pianista que lucha por una vida mejor, por ello recibió en 2015 el primer Premio Internacional Beethoven por los derechos humanos, la paz y la libertad.

El anhelo de recuperar a su país no muere en su corazón, «un día regresaremos a Siria, pero no a luchar, sino a llevar la paz», afirma quien se ha convertido en un ejemplo de constancia y una cita requerida al rogar por el fin del conflicto armado.

Yelimar Requena

Con información de agencias.