No dejó de llover hasta terminado el primer tiempo, el Centro Total de Entretenimiento Cachamay se convirtió en un campo de batalla para los Guerreros, que no podían permitirse un arranque de eliminatoria en blanco. En el once inicial se podía ver a un Jeffren Suárez muy activo y comprometido con el trabajo que pedía «Chita», el profe a ratos parecía perder la razón en el banco cuando los muchachos dejaban de hacer las cosas bien o por una decisión arbitral injusta. 36.650 almas plenaron el estadio en Puerto Ordaz.

Un primer tiempo parejo, en el que ambas oncenas pelearon por pasar la zona medular y generar peligro. Buena labor de los nuestros, que minuto a minuto lo buscaron y que casi cantan el primero con Luis Manuel Seijas en el 32.

Paraguay mostró siempre ganas, una marca fuerte que se encargó de cerrarle el paso a Suárez, Falcón y Rondón. El descaro de Ortiz llevaría al árbitro a mostrar la primera amarilla.

Ya en el segundo tiempo, una jugada de peligro venezolana en el 48 fue anulada por el golero Silva. El ataque Vinotinto del minuto 50 al 60 fue incesante.

Noel Sanvicente decidió sentar a César González y entró en el engramado «El Lobo» Guerra, con la particularidad de llevar el dorsal 18 que por más de 16 años llevó Juan Arango, el eterno capitán.

En el 73, Josef Martínez entraría por Falcón. El equipo se dinamizo por minutos, ya el tercer y último cambio sería en el 80 para darle descanso a uno de los más importantes de la tarde-noche: Jeffren Suárez. El relevo lo haría Murillo.

Venezuela mantuvo el ataque, ordenado y constante por la banda derecha. Una oncena que marcó diferencia con la Albirroja y se atrevía cada vez que podía. En ese sentido, no hay mucho que criticar sino mucho por aplaudir.

En el 85, una confusión entre el central Oswaldo Vizcarrondo y el arquero Alain Baroja, sería aprovechado por el delantero Derlis González, quien anotaría el único gol del encuentro y le permite a Paraguay sumar sus primeros tres puntos de la eliminatoria.

«Hay que levantar la cabeza, no hay otra», expresó Salomón Rondón al terminar el encuentro. Y debe ser así.

Queda mucho camino, queda mucho que mostrar para la Vinotinto. Hoy el trago fue amargo, quizá el martes en Brasil nos toque celebrar con una ronda de caipiriñas. Por hoy, punto y aparte.

Kir-Her Yánez León

REUTERS/Carlos Garcia Rawlins