Es común que las personas autistas sufran crisis o rabietas, disparadas por sobrecargas emocionales o cuando no obtienen algo que desean. En ambos casos las crisis son formas de escapar a los estímulos negativos.

Los autistas sienten más intensamente que los demás, porque no saben ignorar las señales que reciben del exterior. Además, tienen intereses obsesivos, y el no conseguir un objeto relacionado con su interés les causa mucho sufrimiento.

AG

Con información de YouTube y Desafiando al Autismo

Fotografía Gettyimages