Quizá sea porque resultan más manejables, ocupan menos espacio y no hay que preocuparse ni por los pelos ni por las alergias consecuentes, pero el grupo de personas que decide tener un insecto a modo de mascota sigue sumando adeptos en todo el mundo.

Esto ha generado un problema en los veterinarios, quienes en su mayoría están capacitados para tratar con mamíferos y no con la familia de los escarabajos, milpiés, bichos palos, entre otros. La consecuencia ha sido un grupo de dueños de insectos que de forma obsesiva se informan sobre cómo deben cuidar a su invertebrado, para posteriormente compartir la información en Intenet. Navegando se pueden conseguir trabajos muy serios y detallados al respecto, aunque la mayoría están en inglés.

En países como España, según la Organización de Consumidores y Usuarios de España, el grupo de personas que decide tener un insecto como mascota se encuentra pisándole los talones, en cuanto a miembros, al conformado por aquellos que prefieren a los gatos y los perros.

Esto ha llevado al incremento de establecimientos dedicados a la comercialización de insectos y de sus productos. Japón, en esa área, lleva la delantera. En el país asiático se pueden comprar todo tipo de alimentos, “casas” y accesorios para insectos; al punto de que es un mercado altamente solicitado, lleno de amplios y variados catálogos.

LS

Con información de Axxon.

Fotografía Gettyimages.